
Largas filas de feligreses en las afueras del santuario a la espera de un turno para tocar, venerar, y honrar la imagen de la virgen de la Altagracia que se encuentran en lo alto del altar de la catedral, y a la vez aprovechar el momento para pedir sus milagros o simplemente ofrecer sus agradecimientos por las peticiones cumplidas.
Carpas instaladas; personas sentadas y acostadas en colchonetas; pedigüeños que movían sus vasos o latas vacías para que les dieran limosnas, vendedores ambulantes ofreciendo diversos artículos a los visitantes como velones, rosarios, crucifijos, pulseras, cadenas y retratos con la imagen de la virgen, era lo que predominaba dentro y fuera del lugar.
Carpas instaladas; personas sentadas y acostadas en colchonetas; pedigüeños que movían sus vasos o latas vacías para que les dieran limosnas, vendedores ambulantes ofreciendo diversos artículos a los visitantes como velones, rosarios, crucifijos, pulseras, cadenas y retratos con la imagen de la virgen, era lo que predominaba dentro y fuera del lugar.
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