
En el procedimiento se obtuvo una delgada capa de arena dorada, en la que cada grano era tan diminuto que su diámetro era comparable con la milésima parte de una bacteria.
Posteriormente, los investigadores pusieron el material en una cámara de reacción para usarlo como catalizador para convertir el carbón en alcohol, un complejo proceso químico que solo los metales preciosos como el oro o la plata pueden soportar de manera eficiente, y en este caso, funcionó exitosamente, de acuerdo al reporte de South China Morning Post.
Sin embargo, las nuevas nanopartículas no pueden pasar por oro real, pues tienen la misma densidad que el cobre. Pero los científicos ya han encontrado un uso práctico, pues de esta manera se podrían reemplazar los metales preciosos utilizados en la industria electrónica para reducir drásticamente los costos de fabricación.
La capacidad de resistencia de este elemento frente a las altas temperaturas, la oxidación y la erosión, lo convierte en "un guerrero con armadura dorada en un campo de batalla, capaz de resistir cualquier asalto del enemigo", consideró uno de los investigadores al medio local. Fuente: Actualidad RT.com
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