Por El Mercurio / GDA/ A la lamentable y extensa lista de efectos negativos asociados a altos niveles de contaminación ambiental, ahora se sumaría el cáncer de boca,
según un estudio realizado por investigadores estadounidenses que observó un vínculo entre la exposición prolongada al aire contaminado y un mayor riesgo de desarrollar esta patología.
Un hallazgo no menor si se considera que el número de casos y muertes por tumores de la cavidad oral -que incluye labios, lengua, encía, mandíbula y paladar- se están incrementando en diversas partes del mundo, según lo publica el Journal of Investigative Medicine
Los factores de riesgo ya conocidos incluyen el tabaco, el alcohol, la exposición a metales pesados y a emisiones de plantas petroquímicas, entre otros.
“Todos, factores prevenibles o modificables”, advierte el doctor Marcelo Veloso, presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía de Cabeza y Cuello. “Desde hace diez años a la fecha, los casos han ido en aumento, al igual que los cánceres orofaríngeos, que están muy asociados al virus papiloma humano”, dice el especialista.
En los tumores de boca, el tabaco es, por lejos, el mayor culpable. Todos estos factores provocan que la frecuencia de estos cánceres sea ahora mayor en gente joven, pese a que lo habitual es que se tratara de tumores que aparecen en etapas tardías de la vida.
En la investigación realizada por científicos del Quest Diagnostics Nichols Institute de California, se indica que la polución por material particulado fino de menos de 2.5 micras (PM2.5) está especialmente ligada a la incidencia del cáncer de boca, lo mismo que el ozono, aunque en menor medida.
La contaminación en el aire, especialmente las partículas PM2.5, ya estaba relacionada con problemas respiratorios y daños en el sistema cardiovascular.
A través del análisis de bases de datos médicos y de mediciones atmosféricas, el doctor Michael McPhaul y su equipo utilizaron registros obtenidos en 2009 a partir de 66 estaciones de medición de calidad del aire en Taiwán.
Esos medidores analizaron los niveles de dióxido de azufre, monóxido de carbono, ozono, monóxido de nitrógeno, dióxido de nitrógeno y partículas materiales de diversos tamaños. Además, analizaron los historiales médicos de 482,659 hombres de más de 40 años, cuyos datos fueron cruzados con los registros de contaminación.
Así observaron que aquellos hombres expuestos a cantidades de más de 40.37 microgramos por metro cúbico tenían un 43% más de riesgo de sufrir cáncer de boca que aquellos sometidos a niveles por debajo de 26.74 microgramos.
Para descartar la influencia del tabaquismo, se observó que en el grupo de pacientes que no fumaban el riesgo también era mayor.
“Estos hallazgos se suman a la creciente evidencia sobre los efectos adversos de las PM2.5 en la salud humana y de la contaminación en general”, enfatiza el doctor McPhaul, quien advierte que se trata de un estudio de observación, por lo que no puede establecer un vínculo de causalidad definitivo entre la polución y el cáncer, por lo que son necesarias más investigaciones para reforzar estas conclusiones.
Para el doctor Veloso, se trata de un trabajo interesante y que comprueba un aspecto que era lógico de suponer, considerando que ya está demostrado que los contaminantes ambientales son cancerígenos.
“La oncogénesis o el desarrollo de un tumor puede estar determinado por factores virales así como por factores químicos, como en este caso. En ambos se produce una mutación del ADN que lleva al desarrollo de cáncer”.
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