
Alimentado por las cálidas aguas tropicales, Michael seguía fortaleciéndose y podría alcanzar la categoría 3 de huracán con vientos de hasta 111 millas por hora antes de tocar tierra mañana en el noroeste de Florida, advirtieron los meteorólogos.
El gobernador de Florida, Rick Scott, describió a Michael como un “huracán monstruoso” con vientos, marejadas ciclónicas y fuertes lluvias potencialmente devastadoras.
Declaró una emergencia de estado para 35 condados de Florida desde la región conocida como Panhandle hasta Tampa Bay. Activó a cientos de miembros de la Guardia Costera y suspendió los peajes para facilitar la evacuación de aquellos que viven cerca de la costa.
En la pequeña ciudad de Apalachicola, el alcalde Van Johnson Jr. dijo que los 2,300 residentes se preparan frenéticamente para un fuerte azote.
“Estamos observando una tormenta importante con un impacto importante, posiblemente el más grande que he visto en mis 59 años de vida”, dijo el alcalde de la ciudad ubicada en la costa de la Bahía Apalachicola, una entrada al Golfo de México famosa por producir alrededor del 90% de las ostras de Florida.
Para el atardecer del lunes había filas en las gasolineras y en los supermercados debido a que la gente buscaba suministros de emergencia. Se emitieron órdenes de evacuación obligatorias para los residentes de las islas barrera, para los que vivan en casas rodantes y en zonas costeras de baja altitud en el Golfo, y en los condados de Wakulla y Bay.
Algunas partes de Florida podrían tener hasta 12 pies de elevación en el nivel del mar, además de que Michael también podría arrojar hasta un pie de lluvia sobre las comunidades del noroeste de Florida a medida que avance sobre tierra firme, señalaron los meteorólogos.
Las agencias mitigación de desastres de El Salvador, Honduras y Nicaragua reportaron 13 decesos por la caída de tejados y por las corrientes de ríos crecidos que arrastraron a algunos. Seis personas fallecieron en Honduras, cuatro en Nicaragua y tres en El Salvador. Las autoridades buscan a un niño arrastrado por un río en Guatemala. La mayoría de las precipitaciones se atribuyeron a un sistema de bajas presiones en la costa del Pacífico de El Salvador. La presencia del huracán Michael en el Caribe podría haber contribuido.
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