El número de víctimas de la tormenta Florence subió a 31 fallecidos desde que tocara tierra en la costa sureste del país el pasado viernes, al tiempo que el presidente Donald Trump declaró ayer el estado d emergencia en Carolina del Sur ante la devastación y las fuertes inundaciones.
Más allá de las víctimas mortales, cientos de miles de personas han tenido que ser evacuadas de sus hogares y unos 500 mil usuarios se encuentran sin electricidad en la región afectada.
Mientras, se estima que la ahora menguada tormenta provocará lluvias torrenciales en NYC durante todo el día de hoy. La mayoría de los lugares obtendrán aproximadamente de 1 a 2 pulgadas de lluvia, y las ráfagas podrían alcanzar 35 mph. Pero algunas zonas podrían acumular de 3 a 4 pulgadas de agua, y ello podría provocar inundaciones en toda la región, advirtió AccuWeather.
Entre la noche del martes y el miércoles, Florence debería dirigirse hacia el Atlántico, donde se disipará.
La declaración de emergencia emitida ayer por la Casa Blanca, autoriza al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y a la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA)a coordinar los esfuerzos de socorro en casos de desastre y destinar fondos federales para afrontar la tragedia.
La asistencia económica del gobierno, que se pondrá a disposición de diversas instituciones gubernamentales y civiles, servirá para implantar “medidas de protección de emergencia” en Carolina del Sur que, junto con Carolina del Norte, han sido los estados más afectados por la tormenta.
A pesar de que Florence se ha ido debilitando desde que la semana pasada comenzara a enfilar hacia suelo estadounidense como un huracán de categoría 4 hasta su actual estatus de tormenta de categoría 1, las autoridades advierten que aún representa “una situación increíblemente seria”, informó EFE.
En las últimas horas las autoridades confirmaron tres nuevas muertes, aumentando el saldo de víctimas mortales a 31.
Uno de los últimos cuerpos recuperados fue el de Kaiden Lee-Welch, un bebé de un año de edad que se encontraba en paradero desconocido desde el domingo, cuando el auto donde viajaba con su madre fue arrastrado por la corriente. La mujer logró salvar su vida.
Los últimos datos del Centro Nacional de Huracanes (NHC), divulgados a primera hora del lunes, indicaron que la tormenta se desplazaba a una velocidad de 13 millas por hora (unos 21 kph), lo que supone un incremento con respecto a las últimas horas.
Las imágenes de las localidades afectadas que muestran las principales cadenas de noticias son dantescas, con calles convertidas en auténticos canales. Y las autoridades aseguran que lo peor está aún por llegar.
“Numerosas alertas de inundación actualmente en Carolina del Norte y el sudeste de Virginia. No podemos recalcar esto suficientemente: las inundaciones repentinas pueden ocurrir en cualquier lado, no sólo en las proximidades de ríos y arroyos”, señaló el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) en su cuenta de Twitter.
NWS enfatizó que “aunque las lluvias hayan cesado (…) el cauce de los ríos continúa creciendo”.
Trump tiene previsto viajar esta misma semana, una vez que pase el peligro, a la región afectada para comprobar los efectos de la tormenta. @eldiariony
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