Hoy se celebra el Día internacional del Peluquero: barbero, estilista: Felicidades!!

El 25 de agosto se celebra el Día del Peluquero en honor a una de las profesiones cuyos trabajadores cuidan y miman a todos sus clientes. El origen del Día del Peluquero se remonta al siglo XVI,

en esa época la profesión de peluquero sólo era ejercida por plebeyos. Un peluquero que atendía a la Corte del Rey Luis XV, realizó su trabajo de una manera tan brillante que el propio monarca se lo agradeció nombrándolo Caballero.

Desde aquel entonces se viene celebrando como aquel día fue, un 25 de agosto.

En San Nicolás

Barbero, Peluquero, Coiffeur, estilista, muchas han sido y son las denominaciones que estos profesionales reciben. Una denominación que resulta muy original es la de “melenista”. En una publicación de EL NORTE de hace 75 años podemos encontrar en página dedicada al “melenista” Atilio Bevilacqua. El artículo sostiene “El prestigio profesional adquirido por el melenista Atilio Bevilacqua proviene de su habilidad artística adquirida para el arreglo de las cabelleras de las damas y niñas”.

Y se agrega: “Es el preferido de nuestra población y por su local actual desfila lo más distinguido de la sociedad nicoleña” se agrega en el artículo y explica “es un ejecutor admirable que consigue modelaciones perfectas y siempre renovadas. Es un melenista que vive al día con la moda, pues todas las novedades que surgen son de inmediato incorporadas al abecedario de peluquería femenina que posee.Parece que don Atilio concurría con frecuencia a perfeccionarse en el arte de modelar melenas a Capital Federal “Con los más avezados maestros, adquiriendo un dominio completo que hace que él no tenga secretos en este género de actividades”. El local del melenista, funcionaba en 25 de Mayo 14, pero cuando salió el aviso estaba a punto de mudarse a otro lugar, Bolívar 58 “donde ofrecerá una presentación extraordinaria por sus condiciones y por el confort que se ofrecerá a la cliente”.

Ya en tiempos más proxímos podemos decir que era realmente un placer ir a cortarse el pelo a la peluquería de Nápoli, ubicada en Roca entre Ameghino y Garibaldi, por toda la ceremonia que implicaba “cortarse el pelo”. La butaca giratoria y muy cómoda, los espejos que permitían ver desde todos los ángulos, la sábana celeste que cubría la ropa y supuestamente no permitía que se metan los insoportables pelos sueltos en al ropa (que supuestamente digo, porque los pelos incrustados en la ropa generaban una picazón inaguantable). Definitivamente lo que más placer da es ver la cantidad de pelo que quedaba en el piso sobre el final de la sesión algo que en muchos hombres se va reduciendo inexorablemente con el tiempo.

En la pelquería de Donadío, eran nuevos tiempos y a las tradicionales revistas se le agregó el televisor. Entonces, entre corte y corte, venían los comentarios sobre diferentes aspectos de la actualidad que el infernal aparato iba “irradiando” en el local.

Un poco más reciente encontramos las peluquerías que le agregaron a los servicios tradicionales- revistas y televisor- manos femeninas que antes de ingresar en la tradicional butaca lavan el cabello. Algún comentario y esa especie de masaje que implica que te laven el pelo. Así las cosas se llegaba muy relajado a la hora del corte que sigue combinando sus tres variables tijera, navaja y máquina.- Fuente: Diarioelnorte.con.ar