Lima Perú (AFP) – Tentacular y devastador, el escándalo de corrupción en torno al gigante de la construcción brasileña Odebrecht continúa derribando las cabezas de los líderes latinoamericanos: en Perú, Pedro Pablo Kuczynski es el primer presidente derrocado por este caso. Presidente caído en Perú
El peruano, apodado “PPK”, se convirtió el miércoles en el primer presidente en ejercicio que renuncia por sus vínculos con Odebrecht, empresa que admitió haber pagado casi cinco millones de dólares a consultoras relacionadas con el jefe de Estado cuando era ministro, entre 2004 y 2013.
“Se dice que cambiarán las cosas, pero soy pesimista sobre América Latina (…) Vemos que son hábitos practicados por toda la clase política latinoamericana. Hay que cambiar la política, las reglas de financiamiento de los partidos políticos para que esto no vuelva a ocurrir”, opinó Gaspard Estrada, director del Observatorio Político de América Latina y del Caribe (OPALC) de la Universidad de Ciencias Políticas de París.
El escándalo de Odebrecht, “que tiene el efecto de paralizar los proyectos estructurales que impactan la economía” en todo el continente, dice Raúl Ferro, asesor académico del Centro para la apertura y el desarrollo de América Latina (Cadal), hace tambalear a varios presidentes y expresidentes peruanos.
El gigante brasileño afirma haber aportado dinero para todas las campañas electorales entre 2006 y 2011. El expresidente Ollanta Humala está detenido desde hace más de ocho meses y Perú se apresta a solicitar la extradición del exmandatario Alejandro Toledo, que vive en Estados Unidos, por su presunta implicación en el caso.
Vicepresidente destituido en Ecuador
La fiscalía había solicitado la pena máxima y la Corte Suprema la siguió: el vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas fue condenado a mediados de diciembre a seis años de prisión por haber recibido 13,5 millones de dólares en sobornos de Odebrecht.
Vicepresidente desde 2013 y en prisión preventiva desde octubre, Glas es el líder político en ejercicio de más alto rango en haber sido condenado por este caso en América Latina.
Su sentencia “marca una ruptura con el ocultamiento de la corrupción que hubo durante el gobierno de Rafael Correa” (2007-2017), comentó recientemente Simón Pachano, politólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) de Quito. Glas fue despojado de sus funciones en enero.
Brasil, la cuna del escándalo
En el país de origen de Odebrecht es donde el caso se ha cobrado más víctimas, incluso si se trata solo de un capítulo de la gran investigación “Lava Jato” que se enfoca en las licitaciones del gigante petrolero Petrobras.
Según investigadores brasileños, Odebrecht tenía un departamento llamado “sector de operaciones estructuradas”, que rápidamente fue rebautizado por la policía como “departamento de sobornos”.
El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) está acusado de estar involucrado en este caso. La justicia investiga posibles donaciones realizadas al mandatario en especies (terrenos, un apartamento…) por parte de la constructora.
Lula, condenado a 12 años y un mes de prisión por corrupción y lavado de dinero, será informado el lunes del dictamen sobre su última apelación, en el tribunal de segunda instancia de Porto Alegre (TRF4).
Los próximos días y semanas podrían dar lugar a varios escenarios posibles, que van desde su encarcelamiento hasta una elección presidencial en 2018, para la que es gran favorito, a pesar de su condena.
“La posible caída del presidente peruano probablemente sea utilizada en las elecciones brasileñas para criticar a los gobiernos del Partido de los Trabajadores” (PT, izquierda) de Lula, estimó hace poco el analista político Mauricio Santoro, de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro.
El director ejecutivo del grupo, Marcelo Odebrecht, fue sentenciado a 19 años de prisión. A fines de 2017, abandonó la cárcel para pasar a arresto domiciliario, como recompensa por su colaboración con la justicia.
Sus declaraciones han permitido investigar a ocho ministros del actual presidente, el conservador Michel Temer, a un tercio del Senado y unos cuarenta diputados.
Otros líderes salpicados
El escándalo también salpicó a Venezuela, donde el grupo brasileño dijo haber pagado 98 millones de dólares. El presidente Nicolás Maduro es sospechoso, pero la justicia, acusada por la oposición de servir a los intereses del jefe de Estado, desestimó cualquier investigación.
Finalmente, en Panamá, dos hijos y tres exministros del expresidente Ricardo Martinelli (2009-2014) fueron acusados. @elnacional
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