Tras ser arrestado explicó que quería robar verdura para el hijo porque no tenía dinero debido a que estaba desempleado.
Condenado en primera instancia a cinco meses de prisión y 300 euros de multa, la sentencia fue reducido en apelación a dos meses de prisión y 120 euros de multa, cuenta el diario.
Pero el fallo fue considerado excesivo por su abogado de oficio que apeló en casación.
La alta corte dio razón al acusado, criticó a los dos primeros tribunales por no tener en cuenta la acusación tan liviana y sobre todo deploró el hecho de que los “contribuyentes” italianos tuvieran que asumir los honorarios de los abogados, entre 7.000 y 8.000 euros.
Sin mencionar el tiempo perdido por los jueces y por los otros empleados de los tribunales, concluye el diario. @eldia
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