Por La Nación / GDA La Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el uso de una píldora digital: una pastilla que además de un medicamento lleva en su interior un sensor, capaz de comunicarse con un dispositivo externo y confirmar su ingesta. Es decir, le avisa al médico que el paciente tomó su remedio (y cuándo lo hizo).
Lo que el paciente ingiere junto con el medicamento es un sensor fabricado por la firma Proteus; tiene el tamaño de un grano de arena. Y genera una señal eléctrica que detecta un parche pequeño adherido al torso del usuario, y que es el que se comunica, vía Bluetooth, con una aplicación en el teléfono. El sensor está hecho de materiales digeribles, por lo que el sistema digestivo lo disuelve y asimila.
Por ahora solo está disponible en Abilify, el nombre comercial del antipsicótico aripiprazol, aunque otras compañías están desarrollando otros medicamentos con esta característica en Estados Unidos, según publica el New York Times. Los expertos consideran que sería una alternativa atractiva para los medicamentos de gente mayor, que debe estar recordando (o anotando) si ingirió el remedio que le toca para determinado momento del día.
A la vez, representa una instancia más donde una actividad privada puede ser monitoreada. El usuario debe dar su consentimiento para la información se transmita al teléfono y de allí al médico.
Hace años que la industria médica investiga alternativas para monitorear la medicación de los pacientes; la constancia es muchas veces clave para su efectividad.
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