Las galletas de avena y las barras de granola no son tan saludables como parecen

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Por El Mercurio / GDA "Por muy sanos que se hagan llamar, siguen siendo golosinas", dice Ana Claudia Villarroel, nutrióloga de la Clínica Santa María. Su recomendación es consumir las galletas y las barras de cereal comerciales solo ocasionalmente, ya que pese a que algunas sean más "sanas" que otras, todas son procesadas.
"Vienen con preservantes, se les añade azúcar o endulzantes, y muchas veces contienen grasas saturadas. Todo eso no tiene ningún beneficio desde el punto de vista nutricional", agrega.
Distinto es si su preparación es casera, lo que según la nutrióloga es mucho más recomendable. "Al cocinarlas en la casa se tiene una mayor claridad de lo que se está consumiendo, además no se utilizan preservantes".
Sin embargo, cuando no hay tiempo y comprar un snack resulta mucho más conveniente, Catalina Miranda, nutricionista de AIN Chile, aconseja revisar los sellos de advertencia "ALTO EN" para elegir un producto por sobre otro. "Hay que fijarse en los que no tengan o tengan la menor cantidad de sellos posible", dice. Y si hay dos o más con "igualdad de sellos", lo mejor es comparar el etiquetado nutricional trasero y luego elegir el que resulte más conveniente según el objetivo de cada persona.
Aporte calórico
Una categoría distinta es la que tiene la avena tradicional, que al ser menos procesada es más nutritiva y saludable. "Al ser integral, seleccionado y envasado, el cereal estrella es la avena. Los otros son más manipulados", afirma Miranda, que también recomienda el muesli o la granola, siempre que sean lo más "artesanales" posible.
"La gente habla de productos sanos, pero no de la cantidad que se debe consumir", expresa la nutricionista, quien asegura que para llevar una alimentación saludable, las calorías también son fundamentales. De ahí la importancia de tomar en cuenta el elevado aporte calórico que tiene tanto la avena como la granola. Lo ideal es consumirlas entre el desayuno y el almuerzo, y limitar sus porciones. "La dosis diaria recomendada para las mujeres es de media a tres cuartos de taza. Mientras que para los hombres, de tres cuartos a una", recomienda.
Las especialistas además enfatizan que no se les debe quitar protagonismo a las frutas, los lácteos descremados y bajos en grasas, y a los frutos secos, que al ser menos elaborados tienen mayores beneficios nutricionales y son más fáciles de metabolizar. "Para el diario vivir hay que preferir los alimentos que estén en su forma lo mas natural posible", dice Villarroel, a quien le preocupa que los productos procesados que se consideran "sanos" estén desplazando la ingesta necesaria de frutas y verduras.
Por su parte, Miranda recomienda incorporar fuentes de proteínas en la selección de alimentos para estas horas del día y no optar siempre por carbohidratos. "Puede ser un huevo duro, laminas de jamón de pavo o incluso barras de proteína, que no se deben confundir con las de cereales", concluye.

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