1. Exceso de productos para el cuidado de la piel: acá eso de “lo que abunda no daña” no corre, al contrario. Ya sea porque usas muchas cremas a la vez, o porque compras una, la utilizas una semana y luego te aplicas otra, lo cierto es que estás atentando contra tu piel. Te explico, esto ocurre porque la mezcla de ingredientes es fatal y ocasiona, entre otros problemas, sensibilidad y alergias bastante complicadas, aseguran los expertos.2. Lamerse los labios constantemente: aunque creas que es sexy (y puedo que así lo sea) andar con los labios ligeramente húmedos por la vida, esa práctica te podría causar más de un inconveniente, ya que provocará que se resequen con el paso del tiempo y eso abre la entrada a muchas bacterias al organismo (aunque no lo creas). ¿Cómo evitar este problema? Simple, buscar un labial que no sea muy agradable al gusto o uno a prueba de agua.
3. Comerse las uñas: el estar mordiendo constantemente las uñas las debilita y terminan por quebrarse, lo que provoca que no crezcan más y que tus manos se vean siempre desprolijas. Y aunque muchas dirán que es un hábito que tienen desde pequeñas, lo cierto es que no es difícil de evitarlo: permaneciendo siempre con las manos ocupadas o pidiéndole al resto de las personas que te avisen si te ven mordiéndote las uñas para que dejes de hacerlo.
4. La adicción al blanqueamiento dental: si eres de aquellas que cada tres meses (o en casos más obsesivos una vez por mes) acude al odontólogo para blanquearse los dientes y tener una sonrisa que literalmente ilumina cualquier habitación, ten cuidado. Porque exagerar con la cantidad de sesiones de blanqueamiento dental pueden causar roturas en la estructura interna de los dientes y, una vez dañadas, las piezas dentales no se recuperan más. Fuente: https://www.guioteca.com
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