Al respecto de su falta, el hombre se limitó a decir que lo hizo "porque sí". La mujer explicó ante la Justicia que pidió un símbolo del Ying y el Yang en la espalda, el muchacho lo dibujó en un papel y se lo mostró, pero cambió el diseño por completo cuando se lo aplicó en la piel. El resultado fue un pene y la palabrota.
Por eso, el hombre fue condenado a tres años de cárcel por daño moral y físico hacia su clienta, que deberá buscar un tatuador serio para tapar el diseño profano, o vivir toda su vida con esa marca en la piel. Fuente: http://www.minutouno.com