El buscar la felicidad en forma obsesiva es peor que no encontrarla nunca

La sensación de fracaso y decepción que entraña el trata de aplicar de manera constante los consejos que dan los libros de autoayuda pueden sumir a la persona en depresión.
 Ya sea desde una perspectiva filosófica o religiosa, la búsqueda de la felicidad es uno de los objetivos más ansiados de muchas personas. Pero disfrutar de este estado de ánimo puede tener su lado negativo, de acuerdo con un estudio realizado por un equipo de psicólogas procedentes de diversos centros de investigación: la Universidad estadounidense de Yale, la Universidad de Denver (también de los Estados Unidos) y la Universidad Hebrea de Jerusalén.


Según las autoras del estudio, la felicidad no debe ser concebida como algo universalmente bueno. Y aseguran que no todos los tipos y grados de felicidad son igualmente buenos, e incluso perseguir la felicidad puede hacer que la gente se sienta peor.

Las personas que quieren sentirse más felices pueden elegir entre una multitud de libros que les guíen sobre cómo hacerlo. Sin embargo, fijar una meta de la felicidad puede ser contraproducente", asegura June Gruber, de la Universidad de Yale, directora de la presente investigación y también directora del Laboratorio de Psicología y Emociones Positivas.

Las investigadoras señalan que una de las muchas desventajas de la felicidad es que las personas que luchan por encontrarla pueden terminar peor que cuando comenzaron.

Los libros de autoayuda y autoestima personal, normalmente aseguran que la felicidad es posible de alcanzar si una persona dedica tiempo a pensar en las cosas que la hacen sentir feliz, contenta o agradecida cada día, y crear situaciones que con total probabilidad se traduzcan en felicidad.

Pero, según Gruber, estas acciones no siempre tienen el efecto deseado porque: "Cuando las practicas con la motivación o la expectativa de que dichas actividades deberían hacerte feliz, éstas pueden llevarte a la decepción y provocar en consecuencia una disminución de la felicidad".

A estas conclusiones llegaron Mauss y sus colaboradoras, tras realizar un estudio en el que constataron que las personas que leyeron un artículo de prensa alabando el valor de la felicidad se sentían peor después de ver una película con una trama feliz, que la gente que leyó un artículo en el que no se mencionó la felicidad. La razón estriba, según las psicólogas, en la posibilidad de que las personas del primer grupo se hubieran sentido decepcionadas.

Dicen, además, que cuando las personas no terminan siendo tan felices como esperaban, su sensación de fracaso puede hacer que se sientan aún peor que al principio. Fuente: http://informe21.com