"No solo es el más grande del mundo, sino también el más respetuoso con el medio ambiente", dijo en la ceremonia de entrega el director general del astillero STX, Laurent Castaing, a lo que el presidente ejecutivo del armador, Richard Fain, añadió que es también "el más caro".
Numerosos habitantes de Saint-Nazaire, en la costa oeste de Francia, acudieron hoy con pañuelos blancos a dar el último adiós al barco, que efectuará un primer crucero inaugural el 22 de mayo desde Southampton con destino a Barcelona, su puerto base hasta finales de octubre.
Es el tercer barco de la familia Oasis de la Royal Caribbean y ha necesitado 32 meses de trabajo tras el inicio de su construcción en septiembre de 2013.
Entre los récords de los que presume se incluye el "Ultimate Abyss", el tobogán más alto de alta mar, con una caída de más de 30 metros que permite alcanzar los 14 kilómetros por hora y que, según la naviera, intimidará "a los más valientes".
La salida del puerto francés se efectuó sin problemas poco después de las 1:00 p.m. tras una maniobra que, según la cadena "BFM TV", había sido ensayada con simuladores durante cerca de un año debido a su complejidad.
El vacío que deja en el astillero francés lo ocuparán a partir de ahora, entre otros, los cuatro nuevos barcos de cruceros encargados el pasado abril por MSC, un pedido de 4,000 millones de euros cuya entrega está prevista entre 2022 y 2026.