Según los diarios estadounidenses, The New York Times y The Washington Post, si bien la epístola no tiene fuerza de ley, en ella se deja entrever una dura advertencia de la administración Obama: en caso de que las instituciones no adopten estas medidas, podrían enfrentar demandas e incluso la pérdida de la ayuda oficial.
Se espera que la medida de la Casa Blanca genere gran polémica, sobre todo en aquellos estados o distritos gobernados por representantes del Partido Republicano, quienes consideran que de esta forma Obama se entromete en cuestiones locales y estatales sin potestad alguna. Para el periódico neoyorquino, los republicanos creen que desde Washington pretenden imponer sus políticas referentes a gays, lesbianas, trans y bisexuales.
No es la primera vez que Obama apoya abiertamente los derechos de este grupo. Desde su gestión, se apoyó abiertamente el matrimonio entre personas del mismo sexo, el ingreso de gays y lesbianas a las filas de las fuerzas armadas y la prohibición de leyes tendientes a discriminar a estas minorías. La batalla por los baños comenzó con una medida que se conoció largamente en todo el mundo: la propia Casa Blanca permitió una norma semejante.
En el documento enviado a las escuelas públicas puede leerse: "Ningún estudiante debería atravesar la experiencia de sentirse no bienvenido en la escuela o en un campus. Debemos asegurarnos de que nuestra gente joven sabe que venga de donde venga o sea quien sea, tienen la oportunidad de contar con una gran educación en un ambiente libre de discriminación, hostigamiento y violencia", manifestó el secretario de Educación John B. King Jr.
La carta que reciben los centros educativos continúa: "Para asegurar la no discriminación en las bases del sexo se requiere que las escuelas provean acceso a los estudiantes transgénero a los programas educativos y actividades aun en circunstancias en que otros estudiantes, padres o miembros de la comunidad lo objeten".