“Ahí también se encuentra la falta de un sistema de transportación masivo que sea efectivo y el hecho de que la mayoría de las personas trabajan durante ocho, diez a doce horas sentados detrás de un escritorio, lo que promueve el sedentarismo”, dijo al comentar, además, que muchas personas prefieren tomar elevadores en lugar de usar las escaleras como medio de ejercicio.
Además del sedentarismo, Irizarry señaló que la disponibilidad y el acceso a alimentos saludables es menor que otras opciones menos saludables, en parte, por el costo. Recalcó, sin embargo, que con la pericia de nutricionistas y otros expertos se puede aprender a comprar alimentos saludables no tan costosos.
“La parte emocional, los altos niveles de estrés y ansiedad provocan que algunos coman (chucherías)”, indicó.
De acuerdo con la funcionaria, así como la obesidad está atada a una serie de enfermedades crónicas, hay tratamientos para estas condiciones de salud que provocan que la persona suba de peso.
Irizarry también señaló lo que llamó “distorsión de las porciones” o que las personas se sirven porciones de alimento más grandes de las que realmente necesita su cuerpo.