Por: Rosalina Marrero Rodríguez/ El Nuevo Dia Las luces y las cámaras del programa “Sábado gigante” aún están prendidas. Al espacio de entretenimiento familiar -que comenzó con el nombre “Sábados gigantes” en el canal 13 de Chile en 1962 y luego en Estados Unidos creció como “Sábado gigante”- le restan dos ediciones en directo. Pero para su figura principal, el conocido Don Francisco, ese ciclo ya terminó.
Mario Kreutzberger comenzó a despedirse desde el pasado abril cuando la cadena de televisión de habla hispana Univisión le comunicó que el programa con el que alcanzó una audiencia fiel y numerosa durante 53 años concluiría el próximo 19 de septiembre.
Al hablar vía telefónica con El Nuevo Día sobre lo que representa el fin de una era en la televisión latina, el famoso animador chileno de 74 años no denota tristeza ni nostalgia. Como mejor describe las emociones que le habitan de cara a su despedida –aunque quiere seguir activo en la televisión- es “orgulloso nervioso”. “Orgulloso por lo que hemos hecho, y nervioso porque estamos iniciando una nueva etapa, pero estoy totalmente dispuesto a hacerlo y ya para mí el cierre de este ciclo, ya ocurrió”.
De las pasadas cinco décadas, en las que acumuló infinidad de vivencias, desde recibir talentos en su show cuando apenas nacían artísticamente como fue el caso de la colombiana Shakira, hasta ayudar a miles de familias a través del Teletón de Chile, Don Francisco se lleva con él haber conocido “el valor de la solidaridad, el valor de la perseverancia, la fuerza de la familia” y la habilidad de poder conectar con la gente. Lo demás, lo contará en la que será su tercera publicación, titulada Lo que aprendí.
¿Cómo se está preparando para despegarse de la televisión después de 53 años?
"Se cierra una puerta, hay que abrir dos ventanas, se cierra un ciclo, hay que abrir uno nuevo. Debe ser muy difícil, pero no puedo decir lo que es porque no he tenido oportunidad de vivirlo".
Cuando lo piensa, ¿cómo lo visualiza?
"Empecé a los 22 años y voy a cumplir 75 haciendo lo mismo, por lo tanto es difícil para mí poder decir mi sensación; lo que voy a vivir en un par de días más, no lo sé".
¿Está satisfecho con la labor realizada?
"Sí, estoy muy contento, estoy orgulloso de lo que ha ocurrido en estos 53 años y creo que mis compañeros también, porque soy un representante del trabajo de mucha gente muy talentosa y generosa que está detrás de las cámaras".
¿Entiende que hizo todo lo que quiso en la televisión?
"Diría yo, hice lo que pude hacer. Seguramente quise hacer más cosas y no pude. Si me preguntas cuáles son, no me acuerdo, porque la mente tiene eso, que oculta las cosas dificultosas y mantiene las otras, pero yo pensando, seguramente tuve muchos otros sueños que no cumplí y los cambié por nuevos sueños".
¿Cómo compara la televisión que hacía en sus inicios a la que experimentó en el último tiempo?
"Al comienzo yo no era nadie. Tuve que abrirme paso entremedio de críticas, incomprensiones, y yo con mi perseverancia, seguir adelante. Yo partí de la nada, era el libretista, el escenógrafo, el pintor, cuando empecé era todo. Yo era un hombre orquesta sin orquesta".
¿Cómo el reto de la internet y las redes sociales le alteró el trabajo?
"Me lo complicó mucho, pero también hay que pensar en lo siguiente: cuando empecé era muy complicado entrar a la televisión, porque era un club privado, era muy poca gente la que trabajaba ahí, la mayoría trabajaban en la radio, en los diarios, en la televisión muy poco. Hoy día trabaja mucha gente en los medios de comunicación, o sea, hay mucha gente que quiere estar en los medios y hay mucha más competencia".
¿Qué futuro observa para la televisión tradicional?
'"Creo que el problema no está en la televisión tradicional ni en la internet, el problema está en la protección del contenido. Esta entrevista la van a publicar en el diario y una vez que la publiquen, la van a repetir en 200 lugares distintos, de manera diferente y no le van a pagar un peso a tu diario con respecto a los gastos que tuvo, el sueldo tuyo, el sueldo de la persona que lo va a imprimir, el ‘overhead’ de la compañía, entonces ahí está el problema de todos los medios de comunicación y también de la música, hay poca protección al contenido".
“Sábado gigante”, siendo un programa de entretenimiento, fue plataforma para los artistas, fue cómplice de las necesidades de los latinos en Estados Unidos. ¿Cuál es el legado que deja el programa?
"Es que conjuntamente con ser un programa de entretención, tenemos que hacer un programa no solamente de compañía, sino de utilidad para la gente y dónde está la conexión en este caso, porque fue muy distinto hacer el programa para los chilenos a hacerlo en Estados Unidos, y después internacional. Aquí nosotros estamos unidos solamente por el mismo idioma, pero también por las necesidades, de poder tener una aceptación, de poder integrarte al mercado general, de poder conseguir un estatus, de poder conseguir dignidad como inmigrante y de poder criar a tu familia integrado dentro de la sociedad norteamericana. Entonces eso es muy distinto a lo que necesita el pueblo en Puerto Rico, o muy distinto a lo que necesita el pueblo en Uruguay. De modo que teníamos que hacer una combinación de todo. Y en ese sentido un programa como el nuestro, puede ayudar".
¿Y qué va a pasar con toda esa gente que religiosamente lo espera cada sábado, a veces en busca de un alivio en sus palabras?
"Creo que siempre que hay una necesidad, al final alguien la cubre, va a aparecer alguien para cubrirla. Alguien va a descubrir cuál es o cómo es la clave para acercarse a este público, o varios (la van a descubrir) y se van a dividir los telespectadores, pero los teleespectadores no se van a quedar sin ver televisión, sin ver las imágenes en algún medio".
¿Le preocupa el público que deja, y que le va a extrañar?
"Pero voy a tratar de estar en otra plataforma, en otro lugar, en otro horario, a lo mejor en el mismo canal".
Eso parece estar más cerca de lo que se pueda pensar…
"Ese es mi deseo".
¿Algún proyecto concreto?
"Hay muchos y no hay ninguno concreto".
¿También por Univisión?
"Primero estoy bajo contrato en Univisión y tiene que ser por Univisión".
¿Qué opina del incidente en que el periodista Jorge Ramos fue sacado de una conferencia de prensa por orden de Donald Trump, como secuela de los comentarios de tono racista que ha hecho el magnate contra los inmigrantes en Estados Unidos?
"Lo primero que debo decir es que soy contrario a cualquier tipo de racismo, porque alguna vez sufrí también de discriminación. Creo que lo que Donald Trump ha hecho es una actitud racista, porque él tiene perfecto derecho a decir que no está de acuerdo con los inmigrantes, que los inmigrantes echan a perder la economía. Puede decir cualquier cosa. Lo que no puede decir es que todos los inmigrantes que vienen aquí (EE.UU.) son unos violadores, porque eso no es verdad y creo que es un oportunismo de Donald Trump. Entonces eso no significa que yo me transforme -como criticaron a Jorge Ramos-, en activista. Esto significa que, siendo parte de esta comunidad y trabajando para la comunidad hispana, por supuesto que tengo que estar del lado de la comunidad a la que represento".
¿Algunas memorias que atesore del tiempo en el programa?
"Memorias hay muchas y al decirlo así es bastante injusto, porque habría que pensar demasiado para hacer un verdadero ‘rating’. Pero de las memorias, el primer día que me dieron la oportunidad de hacer un programa en el canal 13 de Chile en 1962; el primer día que me permitieron abrir una puerta aquí en Estados Unidos cuando estaba lleno de ilusiones; cuando me dieron el tributo del Paseo de la Fama de Hollywood, cuando me entregó el Papa Juan Pablo II la condecoración y así podría nombrar 100 cosas más, o 200 cosas más, pero no tengo el ‘ranking’ para ser justo".
¿Tomó parte en la decisión de terminar ‘Sábado gigante’?
"Digamos no exactamente como ocurrió, porque en el año 2012 me puse de acuerdo con Univisión para terminar a fines del 2015 un nuevo contrato, pero me habían pedido que desarrollara nuevos talentos y que al mismo tiempo la compañía se quería quedar con el formato, y luego me explicaron que por el cambio que había dentro de la compañía y por el cambio también que ha habido en la audiencia, no querían quedarse con el formato, y se terminó el programa antes de lo que me habían dicho. El programa terminaba el 31 de diciembre y finalmente termina el 19 de septiembre".
¿Ese cambio por parte de Univisión lo tomó por sorpresa?
"No, pienso que eso estaba dentro de lo que decía mi contrato. Cumplieron fielmente lo que decía el contrato y me imagino que corresponde a razones económicas y de manejo de la empresa que yo no puedo discutir".
¿Cómo se lleva la salud con usted?
"Estoy bien de salud, pero no estoy haciendo salud, porque estoy a dieta, por lo tanto no puedo tomar algo que tenga alcohol. Por eso digo que estoy bien de salud, pero no estoy haciendo salud".
Aparte de lo profesional, ¿a qué le quiere dedicar tiempo ahora?
"Poco más tiempo a los hijos, a la mujer y a los nietos; quiero escribir un libro que se llama “Lo que aprendí”, quiero intentar nuevos proyectos, que ya luego comienzan, así que hay mucho por hacer".
¿En esos nuevos proyectos estará en calidad de productor o como animador también?
"Los dos casos, productor y frente a ello".
No le gusta la idea de abandonar la pantalla…
"No, yo soy un hombre de pantalla".
¿Es el escenario donde más cómodo se siente?
"Me siento realizado cuando me puedo comunicar con el público".