“Necesitamos estar más conscientes del impacto de esta acción aparentemente inocua, y quienes construyen viviendas necesitan solucionar este problema”, dicen los autores.
El estudio, llevado a cabo por la Unidad de Investigación de Arquitectura Ambiental Mackintosh, en Glasgow, incluyó 100 hogares. El proyecto analizó los hábitos de secado de ropa en una amplia zona demográfica de Escocia con una mezcla de residentes.
Via la muy recomendada, Revista Fuscia.