Según los datos publicados el martes por la oficina estadística de Canadá, la producción registró un ligero repunte durante junio, haciendo que el traspié del segundo trimestre fuera menos severo de lo temido. Desde el Banco de Canadá se espera una recuperación en la segunda mitad del año, pero ha rebajado sensiblemente las proyecciones de crecimiento para 2015, cuando el PIB se expandirá el 1,1 por ciento, ocho décimas por debajo de lo previsto anteriormente.
Un debilitamiento que promete pasar factura al primer ministro, Stephen Harper, quien se enfrenta a las urnas el 19 de octubre en busca de un cuarto mandato. Aun así, el descarrilamiento de la economía canadiense es sólo un ejemplo más del efecto que la caída en los precios de las materias primas y la ralentización de China provocan en las economías desarrolladas con alta dependencia de las commodities, como ocurre con Australia , Nueva Zelanda o Noruega. En este último país, el PIB sólo creció el 0,2 por ciento entre abril y junio.
Con estos datos sobre la mesa, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advertía desde Indonesia que "el crecimiento mundial será probablemente más débil" de lo que la institución adelantaba el pasado julio, cuando proyectaba un avance del 3,3 por ciento este año. Lagarde instó a las economías emergentes a "estar atentas a los efectos secundarios" de la desaceleración de China, condiciones financieras globales más estrictas, y las perspectivas de alza de tipos en EEUU.
La directora del FMI estimó que China se desacelera, aunque no de forma brusca, ya que se está ajustando a un nuevo modelo de crecimiento. "La transición hacia una economía más basada en el mercado y la superación de los riesgos acumulados en los últimos años podría estar llena de baches", dijo. Visto en: economiahoy.mx