10 falsos mitos sobre el cáncer

Si bien el conocimiento general sobre la detección, el diagnóstico y el tratamiento del cáncer han aumentado en las últimas décadas, gracias a los avances científicos y publicaciones sobre el tema, todavía perduran muchos mitos dentro del imaginario social. Estos pueden generar fantasmas con respecto a la enfermedad, que perjudican no solo a quienes deben atravesarla, sino también a su entorno, como a aquellos que se interesen por el tema. Un listado con los falsos "mitos" más escuchados por los especialistas en su consultorio y toda la verdad sobre estos.


1 - El cáncer es una enfermedad creada por el hombre
El cáncer existió siempre como enfermedad; en animales prehistóricos y en el hombre. Hay un mito secundario referido a la creación de la enfermedad en tiempos modernos, que también es falsa. Los referentes de escuelas médicas de excepción como las de Grecia, y las del medio oriente entre las centurias 10 y 18 A.C. describieron pacientes con tumores que hoy conocemos como cáncer.

La incidencia (casos nuevos por año) siempre creciente y relacionada con los hábitos y sobre todo con la extensión de la vida actual como factores predisponentes llevaron a esta creencia errónea. A medida que envejecemos la probabilidad de tener algunos tipos de cáncer aumenta. Sobre todo a partir de los 50 años. En la antigüedad el promedio de vida era muy inferior, y los tejidos no tenían tiempo suficiente para desarrollar cáncer. Además, la capacidad para diagnosticar la enfermedad es hoy muy superior.

2 - La "superdieta" tiene un efecto preventivo

"Si como arándanos, remolacha, brócoli, ajo, y tomo té verde... no puedo tener cáncer". Sí, la dieta puede ser una de las causas concurrentes que aumenten el riesgo a tener cáncer. Pero este pensamiento simplificado en contrario sobre la influencia protectora de ciertos alimentos suena exagerada. El cáncer es una enfermedad compleja de generación multifactorial y base genética. La evidencia científica nos dice que un conjunto de medidas pueden reducir el riesgo potencial: no fumar, mantenerse activo, con un cuerpo sano, en peso adecuado, con bajo consumo de alcohol.

3 - Las dietas ácidas provocan cáncer

Un mito perdurable en el tiempo. Las dietas ácidas como responsables de hacer la sangre demasiado ácida como para provocar cáncer era balanceada con alimentos alcalinos, sobre todo frutas y verduras. La biología combate bien el mito. Conocemos como medio interno el balance metabólico estricto que el cuerpo humano lleva diariamente. Consigue un equilibrio entre lo ácido y lo alcalino, con gran participación de la función de los riñones en ello. Comer verduras verdes (un ejemplo) es beneficioso, pero no por su efecto en el equilibrio ácido- alcalino. No hay evidencia para aseverar que la dieta puede manipular el pH del cuerpo, y así protegernos del cáncer.

4 - El cáncer se alimenta de azúcar

La creencia del azúcar "alimentando el cáncer", puede malinterpretarse hasta quitarla de la dieta. Los azúcares son conocidos como carbohidratos (carbono-hidrógeno-oxígeno). Los carbohidratos en nuestro organismo una vez ingeridos se convierten en glucosa y sacarosa. Desde el sistema digestivo van a la sangre y nos dan energía. Pero esto es válido para células normales o tumorales. Y estas últimas también se alimentan o crecen favorecidas por otras sustancias. Por esto los alimentos dulces no alimentan exclusivamente a las células tumorales. En términos generales, frutas, verduras, fibras, carnes blancas y pescado son mejores y el exceso de grasa, sal, azúcar, carne roja o procesada y alcohol deben moderarse para mantenerse en peso y cuidarnos de otras enfermedades.

5 - Los edulcorantes causan cáncer y el bicarbonato de sodio lo cura

Este también es un mito añoso. Se investigaron durante mucho tiempo edulcorantes artificiales varios. Los estudios de seguridad de estos reemplazantes del azúcar no hallaron evidencia de la relación de su uso y el cáncer. Todas las marcas se aprueban a través de las agencias regulatorias de medicamentos y alimentos de cada país (en Argentina el ANMAT).

La teoría del bicarbonato surgió inicialmente de la falacia del origen del cáncer en un hongo y el bicarbonato como medio para inactivar la infección. Ni lo uno ni lo otro es cierto. Luego ante la malignidad de la dieta ácida, era obvio que se debía consumir bicarbonato por ser alcalino... Pero no hay data que soporte este pensamiento cuasi mágico. Altas dosis de bicarbonato "preventivas" podrían provocar un daño metabólico llamado alcalosis metabólica.

6 - No hay cura


El cáncer en etapa temprana se cura. Seguimos no consultando oportunamente al médico; somos derivados tardíamente a veces al especialista, y demoramos las conductas de tratamiento convencionales, entre otras cosas por los mitos. Prestamos atención a múltiples curaciones mágicas y anécdotas sin sentido, afirmaciones en foros no académicos, cierto es que a veces presentados por profesionales, promoviendo tratamientos ineficaces, sin valorar fuentes verdaderas de saber.

El diagnóstico en momento oportuno facilita la cura y el control prolongado del cáncer con menos intervención, secuelas, y tiempo terapéutico, basados en terapias convencionales fácilmente administradas por médicos calificados. Los avances en el área diagnóstica y terapéutica del cáncer de los últimos 30 años son sencillamente asombrosos.

7 - La industria farmacéutica y biotecnológica no quieren facilitar la cura del cáncer

No tiene asidero. Simplemente porque muchas de las viejas y nuevas moléculas ya curan el cáncer hoy. Y otras por venir que resuelvan situaciones clínicas aún sin control absoluto le generarían a cualquier farmacéutica ganancias billonarias seguras; pues se patentan los compuestos en investigación mucho antes de llegar a mercado.

8 - El tratamiento mata y no cura


Las terapias antitumorales pueden ser muy tóxicas. En algunos tratamientos necesariamente se corren riesgos muy altos. Cuanto más altos son los niveles de dosis a administrar mayor es el riesgo de toxicidad. Pero sin ese riesgo no se curaría la leucemia aguda, ni los linfomas, la enfermedad de Hodgkin, los tumores infantiles, los de mama, entre tantos otros.

Nuevamente las terapias alternativas no probadas que se presentan "para tener menor efectos colaterales de los tratamientos" son otro mito a derrumbar. Aún hoy cuando indicamos drogas de blanco molecular que afectan mucho más a las células tumorales que a las sanas, no podemos decir que son inocuas al momento de utilizarse.

También el paciente asume riesgos con las cirugías y las radioterapias. Todos necesarios si queremos erradicar por completo una enfermedad. Y el residuo microscópico no visible. La quimioterapia es efectiva. Los índices de cura actuales son altísimos, e igualmente alcanzables en Argentina respecto de otros países desarrollados.

9 - Usar el microondas con envases de plástico es cancerígeno
Estos envases son de uso seguro. Pero debemos utilizar envases producidos para este uso y no otros. Los especialmente fabricados para este fin tienen etiquetas/avisos que aclaran "para microondas".

10 - El cáncer es contagioso y la actitud determina el riesgo de tener cáncer
El cáncer no es una enfermedad de contagio por contacto. Aún cuando algunos tumores se liguen a ciertas infecciones como el virus del VIH Sida, la hepatitis B o C, o el papiloma virus. El paciente con cáncer no contagia su patología tumoral.

Además, la actitud negativa no genera cáncer por sí misma. Y tener una actitud positiva no protege del cáncer. En cambio en los pacientes que están en tratamiento por cáncer sí podemos definir como una ventaja la actitud positiva frente a la enfermedad, su entereza y determinación a hacerle frente, tanto como las ganas de recuperarse lo antes posible. Esta "actitud" de vida lleva a quienes tienen esta forma de ser a mantener sus tareas, la conexión familiar y social, práctica de deportes, y objetivos personales de todo tipo. Y los fortalece durante la fase de tratamiento. Del mismo modo la fe (cualquiera sea) los ayuda a pasar el momento con una filosofía positiva, basada en su creencia.

Asesoró: Dr. Alejandro Turek (M.N. 65.164), médico especialista en Oncología.

 


Fuente: http://www.infobae.com