La culpa no es huérfana, el responsabilizarte por tus actos te ayuda a ser mejor persona

Por: Ileana Delgado /elnuevodia.com
Dicen que la culpa es ajena o, como dirán otros, es huérfana. Y aunque ninguna de las dos aseveraciones es cierta, la realidad es que casi nadie quiere cargar con esa negativa emoción.  Así, se reparten culpas por la mayoría de las dificultades y problemas a las que nos enfrentamos a diario, tanto a nivel gubernamental como familiar o laboral. 
Ciertamente, parece que todos somos capaces de echarle la culpa a los demás para salir airosos cuando creemos que obramos mal. O cuando pensamos que debimos haber hecho algo y por alguna razón no lo hicimos.
Se trata, sin duda, de una emoción que desgasta emocionalmente y que puede afectar grandemente la autoestima y la paz interior.
Sin embargo, parece que sentirnos culpables no es tan malo como parece. Especialmente, si al final somos capaces de responsabilizarnos por el acto que nos causa culpabilidad y tomamos acción para enmendarlo, lo que al final nos ayuda a ser mejores personas.
De hecho, se dice que el llamado "padre del psicoanálisis", Sigmund Freud, pensaba que la culpa servía para regular de forma efectiva el comportamiento social. Y, por el contrario, creía que si la gente no sentía culpa no se preocuparía mucho a la hora de lastimar a los demás. Aunque tampoco hay duda de que existen personas que pueden actuar de esa forma.
Pero también se debe tener en cuenta que la culpa puede crear mucho remordimiento y ansiedad, lo que eventualmente puede convertirse en depresión, advierte el psicólogo clínico Javier Piazza.
"Sobre todo, cuando sientes que hiciste algo que afectó a alguien o que, por ejemplo, no ayudaste a salvar a una persona (aunque no hubiera estado en tus manos hacerlo). Pero te quedas pensando en lo mismo, rumiando una culpa que va a causar un estado depresivo y que puede llevarte hasta la autoagresión", señala Piazza.
De hecho, el psicólogo explica que en ocasiones esto pasa cuando, por ejemplo, una persona sobrevive a un accidente y se siente culpable si un ser querido no lo logró. No obstante, está de acuerdo en que sentir culpa por haber actuado mal puede ayudar a la superación.
"La persona entra en ese proceso de crecimiento y eso lo puede llevar a pedir disculpas y a tomar la decisión de no caer en el mismo error y eso lo motiva a arreglar la situación", agrega el psicólogo, mientras pone el ejemplo real de una persona que en el pasado hizo mucho daño a causa de su adicción a drogas. Pero cuando logró curarse, decidió ayudar a la sociedad, trabajando con los niños y ayudándolos con diversas actividades, así como en su comunidad.
"De cierta manera, la culpa lo ayudó a crear conciencia correctiva. Así que la culpa se puede usar como motivación para enmendar errores", explica Piazza.
Sin embargo, el terapeuta resalta que la culpa también puede llevar a la persona a estados de mucha ansiedad, bochorno y coraje consigo mismo. Y eso, advierte, hace que se aisle y se deprima. Entre los muchos ejemplos reales sobre situaciones que pueden causar culpa, el psicólogo menciona el de la persona que vive en una relación codependiente en la que se siente obligada o se mantiene con una persona porque no puede salir o no sabe cómo y eso la hace sentirse culpable.
Pero resalta que hay que diferenciar eso de las personas antisociales que siguen cometiendo el mismo error y no sienten culpa. En ese grupo abundan criminales y delincuentes. Aunque también incluye a otros, los que difaman, ofenden o "chismosean" para tratar de demostrar que los demás son más canallas. En ese proceso, el sentimiento de culpa sigue creciendo, lo que afectará negativamente la vida de la persona y todo su entorno.
Lo importante es que, si te preocupa sentir culpa y no puedes resolver la situación que te causa ese sentimiento, busques ayuda profesional lo más pronto posible "para que no se convierta en un pensamiento obsesivo que cause más daño", recomienda Piazza.
Responsabilidad
Una de las dificultades es que a la gente no le gusta sentirse señalado, aún si sabe que obró mal o hizo algún daño, indica el psicólogo clínico Luis Caraballo, profesor del Departamento de Psiquiatría del Recinto de Ciencias Médicas.
"Por eso es que siempre justifican y racionalizan lo que hicieron, para evitar sentirse tristes o culpables. La parte negativa de hacer esto es que la persona nunca desarrolla introspección y vive la vida pensando que los problemas son del mundo externo y que no tiene nada que ver con eso", advierte Caraballo tras destacar que ese tipo de persona solo asume responsabilidad cuando "las cosas salen bien". " Pero cuando algo sale mal", sostiene el psicólogo, "es el primero en decir que no es su culpa".
"Eso deja mucho que decir de la persona. A nivel individual habla del tipo de persona que es, que no le gusta asumir responsabilidad y meterle mano a las consecuencias de lo que hizo", sostiene Caraballo, quien cree que la percepción que tiene la gente de este tipo de persona no es la mejor.
Caraballo también nos advierte que se debe tener en cuenta que la culpabilidad tiene unos efectos fisiológicos en el organismo, como tristeza, frustración y ansiedad porque la persona no sabe las repercusiones que tendrá la acción que hizo.
"La persona que se siente culpable tiende a pensar de forma catastrófica. Y tiene pensamientos como ‘eso sucedió por mi culpa y ahora es capaz de que suceda esto o lo otro’. Eso crea mucha incomodidad y hace que la persona no funcione en un cien por ciento. Por lo tanto no va a tener la misma capacidad de atención, su actitud va a ser más negativa y, por ende, en cualquier actividad que emprenda se va a reflejar ese sentimiento", sostiene Caraballo.
Sin embargo, el psicólogo está de acuerdo en que sentirse culpable quiere decir que la persona tiene capacidad de introspección y que entiende que lo que hizo no estuvo bien. Lo importante entonces, es tener la sensibilidad y la entereza de asumir la responsabilidad para tratar de resarcir el daño.
"Actuar de esa forma, de hecho, es muy positivo y habla muy bien de la persona", afirma Caraballo, especialmente si asume una postura por lo que ha hecho o dicho.
"Por otro lado, también debes tomar acción si tiendes a echarte la culpa o a sentirte culpable por situaciones que suceden a tu alrededor, ya sea debido a tus acciones o porque otros te lo achacan. Si no haces nada al respecto te corres el riesgo de ver la vida de una forma muy negativa y catastrófica, lo que también te llevará a comportarte de esa forma", advierte Caraballo.
"Son personas a las que se les hace muy difícil salirse de ese comportamiento y a nivel social la gente como que le saca el cuerpo", agrega el psicólogo.
Efectos de la culpa
Inseguridad, ansiedad, incertidumbre y angustia por creer que en algún momento se recibirá el castigo por lo que se hizo.
Mina la salud física, exacerba enfermedades y produce dolores de cabeza. Además se ha demostrado que el sistema inmune se afecta. También puede aumentar la presión sanguínea, causar gastritis y alteración del sistema nervioso.
Depresión, frustración y sentimientos de autocompasión o autoconmiseración, autorechazo y hasta autodestrucción (suicidio).
Se busca compensar el mal hecho con buenas acciones a fin de aliviar la conciencia culpable; por ejemplo actividades religiosas o humanitarias.
Te autocastigas y te sometes inconscientemente a condiciones adversas para satisfacer la necesidad de castigo. Una forma puede ser cuando hablas mal de ti mismo para que alguien te diga que no eres tan malo, lo que te ayuda a sentirte mejor.
Fuente: Recopilado por El Nuevo Día
Mirada positiva
Para evitar caer en un patrón de culpabilidad que destruya tu calidad de vida y tu paz, el psicólogo clínico Luis Caraballo recomienda que siempre trates de mantener una visión positiva de la situación y las circunstancias que estás viviendo.
"Se debe analizar lo que sucedió y ver si fue algo que vino por alguna acción que la persona realizó o no. La culpa es normal cuando entiendes que fuiste el causante de haber hecho algo", indica Caraballo, tras resaltar la importancia de siempre buscar la forma de enmendar lo que hiciste y reinvindicarte.
"Eso es lo importante, así demuestras que tienes la capacidad de asumir responsabilidad. Pero no lo puedes ver como que el mundo se acabó ahí, sino que es una forma de crecer y mejorar. Siempre hay maneras de aprender y tratar de no volver a caer en el mismo error", sostiene Caraballo, quien cree que es muy importante no dejar pasar mucho tiempo si identificas que has hecho algo que no es correcto.
"Hay que tratar de ser proactivo para superarlo. Si pasó algo y por alguna razón haces sentir mal a alguien, asume la responsabilidad y en vez de sentir culpa, busca qué puedes hacer para remediar y aprender para que en una próxima ocasión no vuelvas a caer en la misma situación", insiste Caraballo.
Enfoca tu conducta
Si te sientas culpable, en vez de regañarte, atacarte o evaluarte negativamente, los expertos recomiendan que te enfoques en tu conducta. Y recomiendan que:
Analices qué fue lo que hiciste o dejaste de hacer. Pregúntate si estás dañando a alguna persona o a ti mismo, si podías evitarlo sin causar problemas mayores, cuáles fueron las circunstancias que influyeron en tu conducta, qué sentimientos contribuyeron y cuáles eran tus opciones. Contestar honestamente no elimina las consecuencias, pero te puede ayudar a entender el porqué de tus acciones.
Aprende de tus errores para no volver a actuar de la misma manera,
Revisa tus creencias y valores.
Analiza si la culpa que sientes es causada por las palabras o acciones de los demás.