Datos que no son ciertos

Dicen que sólo utilizamos el 10% de nuestro cerebro, y eso es ¡Falso! Puedes estar tranquilo, utilizas el 100% de este órgano vital… Mitos como éste han dejado su huella bien marcada en la cultura y las creencias populares, tanto que incluso se han llegado a crear dichos o frases famosas con ellos, sin embargo, no siempre son tan reales como creemos.


Hemos recopilado algunos de esos mitos que todos creemos ciegamente y que no han resultado más que ser una completa mentira, y te invitamos a que te quites la venda de los ojos.

Los hoyos negros, en el mundo de la astronomía en realidad no son “hoyos” sino objetos con una gran densidad y con una atracción gravitacional masiva.

En ningún pasaje de la Biblia se especifica que fueran tres reyes los que visitaron a Jesús en Belén. 

Existe un gran mito respecto a que despertar a un sonámbulo puede ser dañino para su salud. De hecho, es mucho más peligroso dejarlos andar por la casa mientras caminan dormidos pues pueden lastimarse con gran facilidad. 

Los chicles no pueden digerirse jamás y por ello no pasan 7 años en el estómago. Al contrario, tan pronto llegan al estómago, son expulsados. 

Los toros odian el color rojo y por eso atacan a los toreros con capote rojo. Los toros no pueden ver los colores y su reacción se debe a que perciben la ropa del torero como una amenaza. 

Cleopatra, la amante de Julio César y de Marco Antonio no era de origen egipcio. La reina faraón pertenecía a una dinastía de origen griego fundada 300 años antes por un general de Alejandro Magno. 

Los perros sudan a través de la lengua ¡Falso! Los perros utilizan el jadeo para regular su temperatura pues en realidad sudan a través de la parte inferior de sus patas. 

En la lengua humana no existen diferentes zonas que detecten cada uno de los sabores. Es decir, no existe una parte de la lengua que detecte los sabores dulces o salados. 

Detrás del mito de no poder nadar después de comer, el suculento manjar no incrementa el riesgo de calambres, sino que en realidad ocasiona que puedas estar falto de aliento para soportar el desgaste físico.

El Vomitorium no es un lugar utilizado por los romanos para vomitar aquello que habían comido y seguir disfrutando de los placeres culinarios. En realidad, ese nombre pertenece a la entrada de cualquier estadio. 





Fuente: http://de10.com.mx