Cómo lidiar con la adicción al celular

Cómo establecer límites saludables para el uso de la tecnología
Por: elnuevodia.com

Almuerza frente a la pantalla de la computadora. Tiene siete páginas de internet abiertas, entre ellas, Facebook, Twitter y su email. Mientras navega en ellas traga el último bocado, contesta una llamada y escucha el timbre de otra en espera. Se llama Elena y la historia de su vida gira en torno al mundo virtual. 
“Mi mejor amigo me dice la caricatura porque ya no parezco persona sino animación”, cuenta esta empresaria, quien recientemente inició su propio negocio de publicidad. El mismo le exige estar en pie desde muy temprano monitoreando la prensa, las redes sociales, los textos y las llamadas de empleados y clientes.
A todos lados carga con su ‘laptop’. La acompaña, por supuesto, el celular que suena constantemente y -a pesar de que Elena le cambió el sonido a una dulce melodía de jazz- no tarda en desquiciar a más de uno en su mundo romántico, social y familiar.
“No les puedo prestar la atención de antes y se sienten hasta cierto punto ignorados”, lamenta la mujer.
Lo curioso es que frente a los reclamos de los demás ha intentado por momentos liberarse de los aparatos, pero entonces se enfrenta al colmo de las ironías. Resulta que quienes se quejan de su conducta actúan de forma similar, siempre pegados al mundo virtual.
“Es un poco frustrante porque haces un esfuerzo por ser normal y te das cuenta de que el mundo ya no es el mismo porque desde los niños a las personas mayores viven en constante comunicación con la maquinita y no con el ser humano que tienen al lado”, reflexiona.
En algunos casos, se trata de situaciones similares a la suya. Mensajes o situaciones relacionadas al trabajo interrumpen la cena con la pareja, el encuentro entre amigos o la siesta dominical. Otras veces, muchas otras, es la ansiedad por curiosear en Facebook, twitear un comentario, contestar un texto o simplemente mirar o colgar fotos en Instagram.
“La tecnología cada vez acapara más nuestra atención no tan solo por el hecho de ser novedosa y atractiva, sino porque cumple una necesidad intrínseca en todos los seres humanos, la necesidad de relacionarnos, que está ligada a su vez a satisfacer necesidades emocionales”, observa la sicóloga clínica Libna Sanjurjo.
Sentirse atendido, importante, necesitado, entretenido o especial son algunos de los espacios que la comunicación a través de la tecnología puede llenar o aparentar llenar.

¿Adicción?
Estas tendencias que enmarcan nuestra relación con la tecnología son parte de un fenómeno complejo y ya generalizado, según explica el sicólogo clínico Santiago Rivera Santos. Y si pruebas faltaran, el nuevo libro de diagnósticos sicológicos (DSM5) incluirá bajo el renglón de adicciones la adicción a la tecnología.
La decisión ha generado debate. Entre otras cosas, porque se habla de que casi 50% de la población podría encajar en este diagnóstico.
Pero hay que entender, precisa Rivera, que para diagnosticar una adicción existen criterios claros que incluyen frecuencia, intensidad y duración. Para que la costumbre sea trastorno tiene que interferir con tu vida social, laboral o familiar por un periodo de tiempo constante. Aunque será preciso esperar al manual para entender los criterios, podrían cualificar como pacientes de la patología personas que empiezan a incumplir con sus responsabilidades laborales, desatienden a sus parejas o se aíslan.
Lo cierto y lo más común es que no hay que padecer de un trastorno para que la vida se trastoque negativamente al abusar de la conectividad virtual. Así ocurre cuando la familia se sienta a la mesa en el restaurante pero no conversa, cuando en el auto el tiempo pasa mientras unos hablan por teléfono y otros repasan Facebook o juegan DS, la socialización se afecta porque nos conectamos con el mundo a distancia pero nos apartamos del cercano.
Así las cosas la desconexión emocional con el otro, desconfianza, debilitamiento de la relación y conflictos maritales pueden ser algunas de las consecuencias de no establecer límites saludables en el uso de la tecnología, opina Sanjurjo.
Y va más allá. Entiende que al cultivar la satisfacción inmediata podríamos caer en la tendencia de esperar lo mismo en nuestras relaciones familiares y de pareja.
“Poco a poco podríamos estar perdiendo la voluntad de ser pacientes, perseverantes y tolerantes, características esenciales para mantener buenas relaciones”, observa la doctora.

Un área gris 
El detalle con la tecnología es que ha cambiado aspectos de nuestro estilo de vida, así como en su momento lo hicieron el teléfono, el microondas o los primeros ‘chats’.
Y uno de los cambios más notables, señala el sicólogo clínico, es que ahora no necesariamente queremos interactuar únicamente con la persona que tenemos al frente sino con los que están lejos. Es un modo de interactuar que muchos ven como natural y aceptado, incluso como la norma.
El hecho de que se trata de una conducta cada vez más normal y aceptada provoca que su impacto en la socialización sea mayor, como ocurre con el alcohol.
Rivera aclara que el problema no es la tecnología-que ha logrado cosas increíbles como acercar a familias y amistades que viven lejos- sino el uso que hacemos de ella.
Recomienda estar alerta a señales que pueden dar indicio de comportamientos nocivos tales como si no puedes controlar el deseo de utilizar redes sociales u otras tecnologías. Observa también que es hora de buscar ayuda si constantemente tus seres queridos reclaman atención de tu parte o si estás dejando de hacer cosas o cumplir con responsabilidades.
Para evitar problemas con tu pareja
Asegúrate de tener a amigos a tu conyugue.
Deja saber tu estatus civil de casado.
Mantén tu vida privada en privado.
Selecciona con cuidado las fotos que compartirás. Una foto provocadora podría dar lugar a “comentarios” y “me gusta” lo que puede llevar a malos entendidos o una situación que provoque conflictos.
Haz a la pareja partícipe de lo que aprendes o ves en la red.
Fuente: Dra. Libna Sanjurjo, sicóloga clínica
Desconéctate
• Empieza por dejar el teléfono por periodos pequeños de tiempo. Ej. durante la cena, durante una reunión o mientras ves un programa de televisión.
• Sal de casa sin el móvil al menos un día de la semana. Algunas compañías en Estados Unidos han establecido días libres de emails para obligar a los empleados a comunicarse por teléfono o en persona. Otras han hecho lo mismo durante los fines de semana, para ayudarles a desconectarse y relajarse.
• Establece periodos específicos para revisar tus correos o mensajes de texto en lugar de hacerlo cada vez que te llegan.
• Cuenta con algún amigo, colega o pareja para que te sirva de apoyo.
Establece límites 
Durante reuniones de familia, apaga el teléfono o pónlo en silenciador hasta que terminen de compartir.
Verifica el teléfono cuando ya hayas logrado tener tiempo de calidad con ese otro o hayas logrado discutir temas importantes.
Déjale saber a la persona que te este contactando que se estás ocupado y que luego le devuelves la llamada.
Deja que la máquina contestadora responda tus llamadas. Si es importante, de seguro dejarán mensajes de voz.
Las redes sociales 
•Haz la tecnología un aliado para fortalecer relaciones familiares y de pareja.
•Utilízalas con el propósito de diversificar las maneras de comunicarte.
•Utilízalas de manera creativa con el fin de combatir la rutina.
•Añade páginas o grupos que contribuyan al fortalecimiento de relaciones matrimoniales y familiares.
•No las uses como medio para desahogarte. Hay que tener presente que bajo emoción decimos muchas cosas sin pensar, las cuales luego podrían provocar conflictos mayores. Piensa antes de escribir lo que cruza tu mente.