El malware o virus informático Heartbleed que ha desatado el caos en la red esta semana, es tan sólo un ejemplo de cómo las contraseñas no son infalibles. Tras permitir a criminales accesar a millones de contraseñas de los sitios web más comunes durante dos años, muchos se preguntan si es tiempo de optar por un método de seguridad más confiable. Varias tecnologías están a la espera de remplazar las contraseñas, la más extrema: una cápsula electrónica comestible.
Los días de guardar las contraseñas en la memoria podrían estar numerados. Aunque suene a ciencia ficción, en un futuro podríamos acceder a nuestra cuenta bancaria en línea a través de una píldora que, una vez ingerida, emita un código específico desde el estómago.
Un prototipo funcional ya ha sido desarrollado por el equipo de tecnología avanzada de Motorola Mobility, quien se encuentra trabajando con Proteus Digital Health, una empresa que ya tiene la aprobación de la FDA (Food and Drug Administration de Estados Unidos) para comercializar un sensor ingerible como dispositivo médico.
El ácido estomacal remplaza al ácido de las baterías para hacer funcionar la píldora. Una vez activado, al poco tiempo de abandonar el esófago, el pequeño dispositivo emite una señal pulsada que puede ser detectada por las computadoras. De acuerdo con Regina Duncan, quien lidera el equipo de investigación, sería médicamente seguro ingerir 30 de estas cápsulas diariamente a lo largo de una vida.
Actualmente dependemos de las contraseñas para acceder a los servicios en línea, las cuales son cada vez menos seguras. Las personas tienden a escoger contraseñas fáciles de recordar y, por lo tanto, fáciles de adivinar. A menudo, los usuarios eligen una misma contraseña para diferentes servicios, ya que un adulto promedio, entre 25 y 34 años de edad, posee 40 cuentas en línea, de acuerdo con un estudiopublicado en 2012 por la empresa Experian.
Para guardar su información de manera confiable, una persona tendría que crear y recordar cerca de 40 contraseñas complejas, con más de 11 letras mayúsculas y minúsculas, números y caracteres especiales; una hazaña poco realista. Evidentemente debemos mejorar nuestros sistemas de seguridad, pero ¿te atreverías a ingerir cápsulas cada vez que quisieras acceder a un servicio en línea? Visto en: Muyinteresante Mexico
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