Puede servir para predecir mortalidad, morbilidad y otros aspectos
Por BBC Mundo
En un estudio realizado por científicos de la Universidad Stony Brook y del Instituto para el Sistema de Análisis Aplicados en Estados Unidos, se determinó que la intensidad de este tipo de saludo puede ser proporcional a la discapacidad, deterioro cognitivo, propensión a enfermedades e incluso mortalidad futura del individuo.
Para ello, los investigadores Warren Sanderson y Serguei Scherbov revisaron los resultados de más de 50 estudios publicados sobre personas de todo el mundo y todas las edades. Debido a que la medición de la fuerza del apretón de manos se usa comúnmente, los datos estaban disponibles.
"El apretón de manos se mide fácilmente y la información sobre su intensidad se puede encontrar hoy en día en muchas de las encuestas más importantes sobre envejecimiento", explicó Sanderson.
Esto se debe a que este acto social sirve para medir la fuerza de la parte de arriba del cuerpo. De hecho, demostró ser un buen predictor de futura morbidez y mortalidad.
De los 45 estudios sobre enfermedades y mortalidad, en todos se determinó que un saludo suave estaba asociado con niveles más altos de mortalidad, morbidez, peores resultados de salud y mayor tiempo de hospitalización.
Directamente proporcional
A partir de los ensayos hechos sobre el deterioro cognitivo, los especialistas descubrieron que había una relación "muy fuerte" con la fuerza del apretón. Esta tendencia también se vio en los estudios relacionados con enfermedades cardiovasculares.
"Como muestran los estudios, se ha demostrado que el apretón de manos suave puede servir para predecir mortalidad, morbilidad y otros aspectos relacionados con la salud", se lee en el trabajo de Sanderson y Scherbov que fue publicado en la revista PLoS One.
Esta investigación también demuestra cómo una prueba de fuerza de manos puede servir para medir el envejecimiento y compararlo con distintos grupos poblacionales.
En una de las encuestas estudiadas por Sanderson y Scherbov descubrieron que una mujer blanca de 65 años que no ha terminado la secundaria tiene el mismo agarre de mano que una de 69 años que ha terminado el bachillerato.
"Esto sugiere que de acuerdo con el apretón de manos característico, sus edades son equivalentes, y que la mujer de 65 años envejece con más rapidez debido al nivel educativo inferior", señala Scherbov.
No obstante, los expertos encontraron que estas ventajas relacionadas con el grado de instrucción se desvanecen con la edad, y prácticamente desaparece cuando se cruza la barrera de los 80 años
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