Su consumo altera las funciones normales en el cuerpo y epercute a corto y largo plazo
Por El Comercio, Ecuador / GDA
El consumo de alcohol altera las funciones normales de los órganos por el exceso de las bebidas alcohólicas, según se desprende de un informe presentado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).¿Cuánto afecta este consumo de alcohol en el organismo? ¿Las repercusiones son a corto, mediano o largo plazo?
El corazón, el estómago, el cerebro, el hígado, el riñón, la piel y los pulmones presentan a corto y largo plazos secuelas por grados alcogólicos ingeridos.
El alcohol es terriblemente perjudicial, señala el médico general Andrés Ramírez, quien afirma que todos los órganos se afectan con este consumo.
En el cerebro, por ejemplo, el alcohol en exceso inhibe las funciones de su parte frontal, reduce la capacidad de memoria, concentración y autocontrol.
Una de las partes más afectadas es el riñón. Este elimina el agua que ingiere y provoca que el organismo busque agua en otros órganos. De ahí -según el médico José Luis Daza- proviene el dolor de cabeza, pues las membranas que cubren el cerebro pierden líquido.
De acuerdo con el informe de la OMS, en América Latina lo que más se ingiere es cerveza (53%); seguida de un 32,6% de licores (vodka, whisky), y un 11,7% de vino. En Ecuador las cifras también son lideradas por la cerveza con el 67%, los licores con un 32% y el vino con el 1%.
Todas las bebidas que contienen alcohol son dañinas para el cuerpo cuando se consumen en exceso, dice Ramírez. Según considera, el estómago y el corazón también resultan gravemente afectados.
El alcohol aumenta las secreciones ricas en ácidos y mejora la digestión, pero cuando se bebe en exceso causa erosiones en la mucosa del estómago producidas por el etanol, principal componente del alcohol.
El ardor estomacal será mayor si se mezclan diferentes bebidas, ya que la irritación gástrica se debe a todos los componentes bebidos.
Los efectos del alcohol provocan un aumento en la actividad cardíaca y aceleración del pulso. Cuando el alcohol llega a la sangre se produce una disminución de los azúcares presentes en la circulación, lo que provoca una sensación de debilidad y agotamiento físico. No solo es un desgaste para el organismo, dice el médico Daza, progresivamente va dañando órganos y la función de músculos, arterias y tejidos que a largo plazo originan enfermedades graves que incluso pueden causar cáncer.
La OMS calcula que el uso nocivo del alcohol causa cada año 2.5 millones de muertes en el mundo y una proporción considerable de ellas corresponde a jóvenes. Cada habitante del mundo de 15 años de edad o más consume un promedio de 6.2 litros de alcohol puro cada año, según el estudio.
Según el informe, el uso nocivo del alcohol es uno de los cuatro factores de riesgo de enfermedades no transmisibles importantes que son susceptibles de modificación y prevención. También están surgiendo indicios de que dicho uso contribuye a aumentar la carga de morbilidad relacionada con enfermedades transmisibles como, por ejemplo, la tuberculosis y la infección por el VIH.
Entre los desafíos que se busca solucionar están el refuerzo de la acción y cooperación internacional, mejorar las políticas de salud y control, organizar estrategias de prevención, sobre todo con los jóvenes, y equilibrar los intereses de las marcas comerciales con las consecuencias de un consumo excesivo.
Para la psicóloga Lourdes Tapia, el consumo excesivo de bebidas alcohólicas genera adicciones que de acuerdo con su punto de vista son generadas también por la publicidad. La especialista considera que es necesario que exista más control de las autoridades por los problemas que acarrea.
De allí que en el mundo se hizo un llamado para reducir en un 10% el consumo de las bebidas. Esto, hasta el 2025. La idea es reducir los efectos que produce en la salud.
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