Por Alicia Chang / The Associated Press
LOS ÁNGELES— Cuando dormimos, nuestros cerebros se
deshacen de suciedad que acumulamos mientras estamos despiertos, de acuerdo con
un estudio que puede dar nueva pistas para tratar padecimientos como el
Alzheimer y otros desórdenes.
Esta limpieza fue detectada en el cerebro de ratones
dormidos, pero los científicos creen que hay razón para pensar que lo mismo
sucede con las personas.
De ser así, el hallazgo podría implicar que para la
gente con demencia y otros desórdenes psicológicos "dormir tal vez sea
todavía más importante para hacer más lento el avance del daño", dijo en
un correo electrónico Clete Kushida, directora médica en el Centro Stanford de
Medicina del Sueño.
Kushida no participó en el estudio, el cual sería
publicado en la gaceta médica Science el viernes.
La gente que no duerme lo suficiente tiene problemas
para aprender y tomar decisiones, además tarda más en reaccionar. Pero a pesar
de décadas de investigación, los científicos no logran ponerse de acuerdo en el
propósito básico del sueño. Se teoriza que las razones son desde procesar la
memora hasta ahorrar energía para regular el cuerpo.
El más reciente trabajo, realizado por científicos del
Centro Médico de la Universidad de Rochester, aporta nueva evidencia a una
teoría antigua: cuando cerramos los ojos, nuestro cerebro comienza a limpiarse.
Anteriormente, el equipo encontró una red de tuberías
en los cerebros de los ratones a través de la cual se desaloja el desperdicio
celular. Para el nuevo estudio, los científicos inyectaron beta-amiloide en los
cerebros de los ratones, una sustancia que se acumula cuando hay Alzheimer, y
siguieron su movimiento. Determinaron que se movía más rápido en los ratones
dormidos que en los despiertos.
El equipo también se percató de que las neuronas
tienden a encogerse durante el sueño, lo que reduce el espacio entre las
células. Esto permite que la suciedad pase más fácilmente a través de ese
espacio.
Aunque el trabajo fue con cerebros de
ratón, la doctora Maiken Nedergaard, la principal investigadora, dijo que este
sistema de tuberías también existe en perros y babuinos, y es lógico pensar que
el cerebro humano también se deshace de las sustancias tóxicas. Nedergaard dijo
que el siguiente paso es observar el proceso en cerebros humanos.
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