Basta con que los bordes no sean de algodón para que la piel no respire como debería, dejando atrapada la humedad, que abre la puerta a las infecciones.
Otro problema es que la banda elástica que sujeta la tanga se mueve con gran facilidad, transfiriendo las bacterias de un lugar a otro. "Sólo se tiene que mover uno o dos centímetros para terminar depositando bacterias del colon en la vagina o en la uretra", afirma la doctora Jill M. Rabin, profesora de la Clínica de Obstetricia y Ginecología y Salud Femenina del Albert Einstein College of Medicine.
Ghofrany describe un "círculo vicioso de la tanga". Como favorecen la retención de la humedad, aumentan la secreción vaginal. Muchas mujeres responden a este problema utilizando más toallitas femeninas, que a su vez, potencian aún más la humedad. Entonces, el ciclo se reinicia, con más secreción y más infección.
Por ultimo, la médica sostiene que, si bien no pueden causar hemorroides, sí pueden empeorarlos una vez que aparecen. "Una tanga muy apretada puede irritar el recto y eso inflama los hemorroides", explica.
De todos modos, los doctores llaman a no ser alarmistas, ya que no todas las mujeres están igualmente expuestas a sufrir daños por usar tanga. Es algo que afecta especialmente a quienes tienen propensión a sufrir infecciones.
"Si alguien es saludable, no hay realmente riesgos", dice Rabin. Pero insiste en que es muy importante usar tangas de algodón, lavarlas continuamente e higienizar con dedicación los genitales.
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