La revista Forbes atribuyó el título de la celebridad deportiva más adinerada a Tiger Woods. El golfista estadounidense fue proclamado el primer atleta cuya fortuna había logrado superar la meta de los 1.000 millones de dólares.
Sin embargo, el profesor Peter Struck, de la Universidad de Pennsylvania presentó resultados de una investigación que privaron de ese título honorífico a Woods.
Struck probó que el deportista más rico de todos los tiempos fue Gaius Appuleius Diocles, el conductor de carros más famoso de la Roma Antigua. Durante su carrera logró ganar 35.863.120 sestercios, lo que equivaldría hoy en día a unos 15.000 millones de dólares.
Diocles nació en el año 104 en Lusitania (territorio que hoy en día corresponde a Portugal y el sudoeste de España) y en 122, a la edad de 18 años, se dedicó a los deportes profesionales.
Igual que en la Fórmula 1, los participantes de carreras de carros se dividían en grupos según colores. En la época de Diocles eran seis: blanco, verde, rojo, azul, púrpura y dorado. El legendario auriga comenzó como ‘conductor de caballos’ con ‘los blancos’, pero al principio no destacó. Su primera carrera la ganó sólo al cabo de dos años. Dos años más y se cambió a ‘los verdes’. Pero su momento cumbre llegó con su traspaso a ‘los rojos’ a la edad de 27 años. Permaneció fiel a este equipo hasta su retiro a los 42 años.
Diocles no fue plusmarquista por el número de victorias. De sus 4.247 carreras ganó 1.462 y se quedó con la medalla de plata en 861 casos, mientras que, por ejemplo, Pompeius Muzclos llegó primero en 3.599 ocasiones. Pero sí fue el mejor pagado: se sabe que tardó 29 carreras en ganar 1.450.000 sestercios (unos 606 millones de dólares).
La lápida instalada en el año 146 en honor del deportista por sus admiradores en el Circo de Nerón, en el actual Vaticano, donde compitió miles de veces detalla sus tácticas de victoria: ganó 815 veces liderando la carrera desde el principio, en 67 ocasiones cuando se apresuraba al quedar poco para finalizar la prueba, y en 36 cuando lo hacía justo en la recta final.
Se jubiló a la edad de 42 años, y al poco tiempo falleció. Los expertos comentan que su vida fue extremadamente larga para el tipo de deporte que practicaba. La mayoría perecía de muy jóvenes a causa de las peculiaridades técnicas de la competición.
Sin embargo, el profesor Peter Struck, de la Universidad de Pennsylvania presentó resultados de una investigación que privaron de ese título honorífico a Woods.
Struck probó que el deportista más rico de todos los tiempos fue Gaius Appuleius Diocles, el conductor de carros más famoso de la Roma Antigua. Durante su carrera logró ganar 35.863.120 sestercios, lo que equivaldría hoy en día a unos 15.000 millones de dólares.
Diocles nació en el año 104 en Lusitania (territorio que hoy en día corresponde a Portugal y el sudoeste de España) y en 122, a la edad de 18 años, se dedicó a los deportes profesionales.
Igual que en la Fórmula 1, los participantes de carreras de carros se dividían en grupos según colores. En la época de Diocles eran seis: blanco, verde, rojo, azul, púrpura y dorado. El legendario auriga comenzó como ‘conductor de caballos’ con ‘los blancos’, pero al principio no destacó. Su primera carrera la ganó sólo al cabo de dos años. Dos años más y se cambió a ‘los verdes’. Pero su momento cumbre llegó con su traspaso a ‘los rojos’ a la edad de 27 años. Permaneció fiel a este equipo hasta su retiro a los 42 años.
Diocles no fue plusmarquista por el número de victorias. De sus 4.247 carreras ganó 1.462 y se quedó con la medalla de plata en 861 casos, mientras que, por ejemplo, Pompeius Muzclos llegó primero en 3.599 ocasiones. Pero sí fue el mejor pagado: se sabe que tardó 29 carreras en ganar 1.450.000 sestercios (unos 606 millones de dólares).
La lápida instalada en el año 146 en honor del deportista por sus admiradores en el Circo de Nerón, en el actual Vaticano, donde compitió miles de veces detalla sus tácticas de victoria: ganó 815 veces liderando la carrera desde el principio, en 67 ocasiones cuando se apresuraba al quedar poco para finalizar la prueba, y en 36 cuando lo hacía justo en la recta final.
Se jubiló a la edad de 42 años, y al poco tiempo falleció. Los expertos comentan que su vida fue extremadamente larga para el tipo de deporte que practicaba. La mayoría perecía de muy jóvenes a causa de las peculiaridades técnicas de la competición.
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