Cientos de personas que intentan cruzar la frontera e ingresar ilegalmente a territorio de los Estados Unidos viven en Tijuana, y habitan en pozos construidos manualmente. Incontables migrantes se han visto forzados a buscar refugio bajo tierra en Tijuana, al noroeste de México, ante el acoso de policías y delincuentes, y por la imposibilidad de regresar a sus lugares de origen.
Los "pocitos", túneles de dos a 15 metros de longitud y un metro de profundidad, excavados en la blanda tierra que las lluvias han traído a lo largo de los años al cauce del Río Tijuana, son las viviendas adoptadas por estos ciudadanos.
Se calcula que existen unos 30 túneles donde viven alrededor de 200 personas. Dentro de los "pocitos", la única certeza que tienen es que cualquier día podrían quedar sepultados. Para entrar a sus refugios es necesario saltar al interior; no hay escaleras, y las entradas están cubiertas de basura y tablas de madera a manera de camuflaje.
En los últimos años, Tijuana se ha convertido en el lugar de México por el que se realiza el mayor número de detenciones a personas que intentan cruzar ilegalmente al territorio estadounidense: 100.000 anuales.
El cauce del Río Tijuana, un lecho de cemento conocido como "El Bordo", se ha convertido en refugio para unos 3.000 migrantes mexicanos y centroamericanos.
Para reducir el riesgo de colapso, recubren el interior de su túnel con los maderos que arrastraba el río: nueve tablones espaciados entre sí y dos capas de maderos.
Los deportados no solo tienen que esconderse bajo tierra para evadir a las autoridades, sino también a los traficantes que distribuyen heroína y la droga llamada "cristal" bajo las órdenes del cártel de los Arellano Félix, una de las organizaciones delictivas que operan en la frontera.
Se calcula que existen unos 30 túneles donde viven alrededor de 200 personas. Dentro de los "pocitos", la única certeza que tienen es que cualquier día podrían quedar sepultados. Para entrar a sus refugios es necesario saltar al interior; no hay escaleras, y las entradas están cubiertas de basura y tablas de madera a manera de camuflaje.
En los últimos años, Tijuana se ha convertido en el lugar de México por el que se realiza el mayor número de detenciones a personas que intentan cruzar ilegalmente al territorio estadounidense: 100.000 anuales.
El cauce del Río Tijuana, un lecho de cemento conocido como "El Bordo", se ha convertido en refugio para unos 3.000 migrantes mexicanos y centroamericanos.
Para reducir el riesgo de colapso, recubren el interior de su túnel con los maderos que arrastraba el río: nueve tablones espaciados entre sí y dos capas de maderos.
Los deportados no solo tienen que esconderse bajo tierra para evadir a las autoridades, sino también a los traficantes que distribuyen heroína y la droga llamada "cristal" bajo las órdenes del cártel de los Arellano Félix, una de las organizaciones delictivas que operan en la frontera.
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