Cuando nos sentimos insatisfechos con nuestra vida o presentamos carencias afectivas, buscamos algo más que satisfaga nuestra necesidad.
Por El Universal, México / GDA
Los hombres que practican religiones de poligamia manifiestan que se puede amar a dos mujeres y hasta a cuatro simultáneamente, dependiendo de su creencia y cultura. De igual forma, las mujeres declaran que aman tanto a sus maridos como a sus amantes.
La característica general, pero no absoluta, en el mundo animal es la poligamia. Ésta existe para cumplir con la ley de la conservación de las especies. Es así que de los instintos se deriva el comportamiento sexual del mundo animal, y el "animal humano" no escapa de ellos.
No obstante, la herencia cultural, el comportamiento racional, los sentimientos, el pensamiento y la conducta aprendida prevalecerán en el ser humano sobre el comportamiento genético. Esto significa que si bien es cierto que tanto el hombre como la mujer instintivamente se sienten atraídos por varias personas, se limitarán a una por las reglas de la sociedad.
Si en nuestra sociedad realmente se amara a dos personas, ambas deberían recibir el mismo amor, lo cual es imposible en la cultura occidental porque una sería cónyuge, y la otra amante. Una sería favorecida de alguna manera sobre la otra y, de hecho, la persona desfavorecida reclamaría que no se le ama igual y buscaría otra pareja, y así sucesivamente hasta destruir los núcleos familiares. Por ello, la humanidad buscó normas de convivencia social que se convirtieron en formas de comportamiento que se han seguido por miles de años.
Recordemos también que amar y querer no es lo mismo. Se puede querer a muchas personas pero amar, a pocas. Amamos al otro por sus valores, por sus cualidades y defectos, por lo que nos hace sentir y por lo que somos cuando estamos con esa persona. Es difícil amar con tanta intensidad a dos personas al mismo tiempo durante toda la vida.
Cuando se ama por partida doble, generalmente son amores con satisfacciones distintas. Es decir, un amor representa una cosa y el otro representa otra. La presencia de uno siempre denuncia la carencia del otro.
Muchas veces no se tolera la culpa y hay una ruptura con alguno de los dos amores. Otras veces se mantienen los dos amores de una manera "estable", pero esta estabilidad tiene un precio, porque supone un engaño, generalmente, una relación pública y una secreta. Amar a dos personas al mismo tiempo no significa ser feliz. Un amor adulto, en nuestra cultura, está dispuesto a aceptar a la persona que eligió como pareja con sus defectos y virtudes, y a renunciar a la búsqueda otros amores que cubran las propias carencias.
Recordemos que el doble amor a veces sólo se trata de una química o atracción que surge de forma transitoria. A veces suele confundirnos el enamoramiento o la seducción con el amor real. Cuando nos sentimos insatisfechos con nuestra vida o presentamos carencias afectivas, buscamos algo más que satisfaga nuestra necesidad, y es ahí cuando se puede tener una visión utilitaria de la pareja.
La autora, Gabriela Silva, es psicóloga.
La característica general, pero no absoluta, en el mundo animal es la poligamia. Ésta existe para cumplir con la ley de la conservación de las especies. Es así que de los instintos se deriva el comportamiento sexual del mundo animal, y el "animal humano" no escapa de ellos.
No obstante, la herencia cultural, el comportamiento racional, los sentimientos, el pensamiento y la conducta aprendida prevalecerán en el ser humano sobre el comportamiento genético. Esto significa que si bien es cierto que tanto el hombre como la mujer instintivamente se sienten atraídos por varias personas, se limitarán a una por las reglas de la sociedad.
Si en nuestra sociedad realmente se amara a dos personas, ambas deberían recibir el mismo amor, lo cual es imposible en la cultura occidental porque una sería cónyuge, y la otra amante. Una sería favorecida de alguna manera sobre la otra y, de hecho, la persona desfavorecida reclamaría que no se le ama igual y buscaría otra pareja, y así sucesivamente hasta destruir los núcleos familiares. Por ello, la humanidad buscó normas de convivencia social que se convirtieron en formas de comportamiento que se han seguido por miles de años.
Recordemos también que amar y querer no es lo mismo. Se puede querer a muchas personas pero amar, a pocas. Amamos al otro por sus valores, por sus cualidades y defectos, por lo que nos hace sentir y por lo que somos cuando estamos con esa persona. Es difícil amar con tanta intensidad a dos personas al mismo tiempo durante toda la vida.
Cuando se ama por partida doble, generalmente son amores con satisfacciones distintas. Es decir, un amor representa una cosa y el otro representa otra. La presencia de uno siempre denuncia la carencia del otro.
Muchas veces no se tolera la culpa y hay una ruptura con alguno de los dos amores. Otras veces se mantienen los dos amores de una manera "estable", pero esta estabilidad tiene un precio, porque supone un engaño, generalmente, una relación pública y una secreta. Amar a dos personas al mismo tiempo no significa ser feliz. Un amor adulto, en nuestra cultura, está dispuesto a aceptar a la persona que eligió como pareja con sus defectos y virtudes, y a renunciar a la búsqueda otros amores que cubran las propias carencias.
Recordemos que el doble amor a veces sólo se trata de una química o atracción que surge de forma transitoria. A veces suele confundirnos el enamoramiento o la seducción con el amor real. Cuando nos sentimos insatisfechos con nuestra vida o presentamos carencias afectivas, buscamos algo más que satisfaga nuestra necesidad, y es ahí cuando se puede tener una visión utilitaria de la pareja.
La autora, Gabriela Silva, es psicóloga.
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