Según relata un testigo de los hechos, “fue como si alguien abriera el tapón y el líquido empezó a salir a borbotones”. La riada se produjo durante una operación de limpieza rutinaria en la planta de fabricación del malta, donde trabajan 600 operarios: “Sucedió durante el cambio de turno de la noche, cuando las cubas se limpian para intercambiar diferentes productos. En lugar de verter el agua y el producto de limpieza, abrieron el grifo del whisky. Lo más fuerte de todo es que nadie se dio cuenta hasta las 11 de la mañana”, según el testigo.
En realidad, los que dieron la voz de alarma fueron los habitantes de Dumbarton, alarmados por el intenso olor a whisky –más intenso de lo habitual, en cualquier caso- que respiraba la ciudad. La compañía Chivas Brothers, que fabrica las conocidas marcas Chivas y Ballantine’s, lanzó un aviso a la compañía de aguas local e inició una investigación para hallar a los culpables de la riada. Rodarán cabezas.
Con información de The Scottish Sun y BBC.
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