Cuando el cerebro se 'desenamora'

¿Y qué pasa cuando la revolución química y hormonal llega a su fin?
En la construcción del amor verdadero se disparan dos hormonas: la oxitocina, conocida como la sustancia química del abrazo, y la vasopresina,vinculada al apego.
Por El Tiempo / GDA
Dos expertos hablan del proceso químico que se desencadena cuando el amor de pareja se acaba.
Desenamorarse es el resultado de una acción cerebral. No quiere decir que las personas dejen de querer de un momento a otro. Lo que ocurre es que el cerebro experimenta, al cabo de unos años de haberse prendado de otra persona, una drástica reducción de las sustancias químicas que incentivan ese amor pasional e inhiben el juicio crítico relacionado con las emociones negativas.
Esta es, tras muchos años de estudios, una de las conclusiones a las que ha llegado Georgina Montemayor, investigadora de la Universidad Autónoma de México (Unam), especialista en lo que se conoce en la ciencia como el 'cerebro enamorado'. Montemayor es autora de varios estudios que dan cuenta de la importancia de ese misterioso órgano en lo que llamamos amor.
"El enamoramiento es un programa que tiene el cerebro y es tan potente que podemos decir que es un estado casi demencial", le dijo la investigadora a EL TIEMPO. La reacción química de ese amor pasional, explica Montemayor, no permite tomar decisiones razonables ni hacer juicios de valor. Cuando una persona se enamora, se activa la dopamina, la hormona relacionada con la felicidad y el placer. Esta impregna el cerebro y produce una sensación de bienestar. En ese estado, dice Montemayor, también se bloquea la corteza cerebral, que es la más evolucionada y la responsable del razonamiento.
¿Y qué pasa cuando la revolución química y hormonal llega a su fin? Está claro, dice la profesora de la Unam, que el enamoramiento puede durar entre uno y cuatro años. "El desencantamiento ocurre cuando el cerebro hace que la dopamina baje de manera brutal; entonces, se vuelve a la realidad y uno siente que el amor ha desaparecido", dice el neurólogo Leonardo Palacios, decano de la facultad de Medicina de la Universidad del Rosario y experto en neurobiología del amor.
Y cuando esa pasión loca se acaba, el cerebro vuelve a experimentar una función química. "Nos damos cuenta de que esa no es la persona con la que queremos compartir el resto de la vida y empezamos a ver sus defectos", señala Georgina Montemayor.
En ese punto se debe pensar bien si continuar o no con la relación. Es un proceso en el que también interviene el cerebro. Según Palacios, en la construcción del amor verdadero se disparan dos hormonas: la oxitocina, conocida como la sustancia química del abrazo, y la vasopresina,vinculada al apego. Ambas permiten disfrutar de la relación más allá del desenfreno sexual.
¿Pero se puede evitar el desenamoramiento? Sí. Alejándose de la rutina y cuidando los detalles. Depende de la originalidad de la pareja.

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