Tintas contaminadas aumentan riesgo de tatuarse

Se da por hecho que el gran peligro son las agujas, pero nuevos estudios marcan que los líquidos contienen bacterias que generan molestas y persistentes infecciones de piel
 En el momento de mayor popularidad de los tatuajes, en los que se calcula que uno de cada cinco norteamericanos tiene al menos uno, nuevos estudios demuestran que no solamente las agujas deben ser cuidadosamente esterilizadas, sino que el control sobre las tintas que se utilizan también debe ser objeto de sumo cuidado.

“Aun cuando te hagas un tatuaje en un local que tiene todo en regla, nunca estás exento de riesgos”, dice el Dr. Byron Kennedy, director del Departamento de Salud del condado de Monroe, en Nueva York, en declaraciones que reproduce The Huffington Post.

Kennedy fue uno de los especialistas que estudió el caso de contagio masivo en Rochester, donde 19 personas tuvieron ampollas y sarpullidos en sus nuevos tatoos. La primera reacción fue estudiar las agujas que utilizaba el negocio donde se infectaron, pero pronto se descubrió que el problema estaba en los frascos de tinta.




En 2011 hubo 22 casos confirmados y otros 30 en los que se sospecha que los líquidos fueron responsables de las infecciones, a lo largo de todos los Estados Unidos. Colorado, Iowa, Washington y Nueva York reportaron esos casos, al tiempo que el número de clientes de los locales sube año tras año.

La bacteria que causó la masiva infección es de la familia de la tuberculosis y se llama Mycobacterium chelonae. Genera ampollas con pus que provocan picazón y dolor y a las que lleva meses eliminar, mediante un tratamiento que incluye fuertes antibióticos con molestos efectos colaterales.


El contagio se debe en muchos casos al hecho de rebajar la tinta con agua contaminada. Esa tinta lavada, utilizada para zonas de color de menor intensidad, es comercializada por empresas que utilizan con frecuencia agua destilada para conseguir el efecto deseado, pensando que con ello estarán cubiertos por la parte sanitaria. Pero no es así.

“La bacteria también puede vivir allí”, advierte Tara MacCannell, médica del Centro de Control y Prevención de Enfermedades. Incluso señala que el alcohol, también utilizado por algunos proveedores, no consigue eliminar a todos los virus, entre ellos el chelonae.


 

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