El cuidado de tu boca y la diabetes

El mes de la salud oral nos recuerda el importante rol que juega la higiene bucal en el bienestar físico
Arminda Rivera Mora, DMD, MPH / Especial El Nuevo Día
U na manera simple de entender la diabetes es definirla como azúcar en la sangre. Los hispanos tenemos más posibilidad de desarrollar diabetes y los diabéticos tienen el doble de probabilidad de desarrollar gingivitis (inflamación de las encías).
Si la gingivitis no se controla se pasa a la periodontitis, una inflamación del hueso alrededor del diente que eventualmente lleva a la pérdida de dientes. Esto es lo que las abuelas llamaban “piorrea”.

¿Por qué ocurre?
En el diabético los niveles de glucosa (azúcar) también aumentan en la saliva, lo que origina un aumento en las bacterias. Además ocurre una disminución en la circulación que puede debilitar las encías y los huesos.

las consecuencias
Si no mantiene una buena salud oral el paciente diabético podría experimentar diversas condiciones, como: enrojecimiento, inflamación y sangrado de las encías, resequedad bucal, ardor en la boca o en lengua, candidiasis, lentitud en la sanación de lesiones orales y llegar hasta la pérdida de dientes.
Tu Régimen de limpieza
Mantener una buena higiene oral es parte vital en la prevención de complicaciones. Esta debe incluir el uso de una pasta dental que sea antibacterial, antiinflamatoria y de larga protección y la elección de un cepillo de cerdas suaves diseñado para llegar a sitios difíciles.
Además, también es necesario prestar atención y limpiar los tejidos blandos (lengua, cachetes y encías). Ser minucioso con el uso del hilo dental para eliminar residuos de comida entre los dientes es de particular importancia. De igual manera lo es el uso diario de un enjuagador bucal que reduzca la placa bacteriana y no contenga alcohol para que no queme el tejido blando.
Al lavar la boca, el tiempo del cepillado debe durar entre dos y tres minutos. Otra medida a practicarse es el reemplazo del cepillo dental cada tres meses o luego de un catarro o periodo de descontrol en la diabetes. Este régimen de limpieza debe repetirse al menos dos veces al día.
Por último, es recomendado visitar al dentista al menos dos veces al año e informarle del diagnóstico de diabetes
A tomar en cuenta
El Dr. Francisco R. García Morales aconseja a los pacientes diabéticos a ser honestos a la hora de ofrecer información sobre su enfermedad al dentista, especialmente previo a algún procedimiento invasivo.
Esto es importante porque los diabéticos tienden a sangrar más y son candidatos a desarrollar infecciones. Por lo tanto, explica García, podría ser necesario premedicarlos y darles un seguimiento más cuidadoso.
Entre las complicaciones que pueden tener estos pacientes, la Asociación Dental Americana menciona el retraso en la cicatrización y las infecciones de hongos. Algunos también pueden sufrir de disfunción en las glándulas salivales, deterioro en el sentido del gusto y liquen plano o reacciones liquenoides (enfermedad inflamatoria de la piel).
A menudo, los diabéticos se quejan de tener la boca seca. Esta condición, conocida como xerostomía, es común también en pacientes que reciben terapias de radiación cerca de la cabeza. Es ocasionada por una deficiencia de saliva.
El problema con la xerostomía es que puede ocasionar irritación en el área de la boca, además de dolor y mayor tendencia a desarrollar caries o enfermedad de las encías.
Algunos de los remedios recomendados para aliviar la boca seca son mascar chicle sin azúcar, tomar agua o chupar hielo.



Medidas de precaución:

•Controla tu nivel de glucosa en la sangre.
•Cepíllate los dientes y usa hilo dental todos los días.
•Ve al dentista regularmente. No olvides decirle que tienes diabetes.
•Informa al dentista si tu dentadura postiza (dientes falsos) no te resulta cómoda o si te duelen las encías.
•Si fumas, ¡deja de hacerlo!. Fumar empeora la enfermedad de las encías. El médico o el dentista puede ayudarte a dejar de fumar.
•Toma unos minutos para inspeccionar tu boca regularmente y así identificar cualquier problema. Es posible que notes que las encías te sangran al cepillarte o al pasarte el hilo dental. También puedes tener sequedad, dolor, manchas blanquecinas o un mal sabor en la boca. Cualquiera de estos malestares justifica una consulta con el dentista.
•Recuerda, el control adecuado de la glucosa en la sangre te ayudará a prevenir problemas en la boca.

Informa a tu dentista:
•si la enfermedad está bajo control
•si ha habido cualquier otro cambio en tu historia médica
•los nombres de todos los medicamentos con o sin receta que estás tomando

Fuente: Asociación Dental Americana

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