Es republicano y abiertamente homosexual. Una mezcla que para muchos es contradictoria. Fred Karger, defensor de los derechos de los gays, la pena de muerte, el aborto y el apoyo irrestricto de Estados Unidos a Israel, fue el primero en inscribirse para la nominación del partido que ahora representa Mitt Romney, y el primer gay declarado que ha aspirado a la presidencia de EE.UU. en la historia.
En conversación con El Espectador, Karger cuenta que entre sus mayores logros, antes de lanzarse a la presidencia, estuvo investigar a la iglesia mormona y a la Organización Nacional por el Matrimonio y descubrir las “actividades ilícitas de discriminación, dirigidas a impedir el matrimonio entre parejas del mismo sexo”. En 2008 Karger reveló su homosexualidad e inscribió su candidatura.
En un país donde no se sabe si es peor ser republicano entre los gays o gay entre los republicanos, era de esperarse que ni los unos ni los otros le dieran un apoyo mayoritario. Hasta su lema de campaña, “Fred who?” (¿cuál Fred?), admite el poco reconocimiento que tiene. Sus posibilidades de ocupar la presidencia eran nulas a priori.
Pero el californiano de 62 años no es ingenuo: sabía que no iba a ser presidente. Su experiencia desde 1970 como asesor en las campañas políticas de Gerald Ford, Ronald Reagan y George W. Bush le daba suficientes pistas.
La poca atención que le prestan los círculos políticos ha hecho que su campaña cuestione al proceso electoral y al Partido Republicano. Y ese es precisamente uno de sus propósitos. “He sido republicano toda mi vida y el partido solía ser muy diferente. Ahora se lo han tomado personas de extrema derecha y creo que una coalición de pensamiento debe volver al partido, que puede volver a abrirse a jóvenes, inmigrantes y minorías”. Para Karger, las posturas antiinmigrantes y antihomosexuales de aspirantes republicanos como Rick Santorum y Mitt Romney “le han hecho mucho daño al partido”. Aun así, se niega a abandonar la colectividad política en la que creció.
Karger apareció en las balotas de cuatro primarias republicanas, incluyendo la de Puerto Rico, en la que obtuvo más votos que uno de los favoritos de entonces: Ron Paul. No obstante, no consiguió un solo delegado ni el apoyo de la mayoría de los gays: “La comunidad gay en EE.UU. es muy demócrata; muchos no me apoyaron por ser republicano, prefieren un presidente demócrata. Además, Obama acaba de pronunciarse a favor del matrimonio entre los gays y eso es algo que a todos nos emociona, sobre todo a mí que llevo tantos años luchando por esa causa”. Karger también apoya la reforma migratoria de Obama; dice que cada vez son más los latinos que ocupan posiciones de liderato en el Congreso y en los estados, y eso provocará el cambio de la política migratoria.
Reducir a 16 o 17 años la edad para votar es una de sus propuestas de campaña, y con ella llegó a varios jóvenes. No obstante, dice, el Partido Republicano hace todo para mantener alejadas a esas generaciones. Candidatos como Santorum, Newt Gingrich y Romney “dijeron cosas repugnantes sobre los jóvenes, que en su mayoría apoyan a los demócratas y las minorías. Ron Paul hizo lo contrario, por eso tuvo el apoyo de miles de estudiantes y demostró que hay cabida para ellos entre los republicanos”.
Karger, sin embargo, no deja de ser conservador. Piensa que la pena de muerte es necesaria para disuadir a los criminales y dice que EE.UU. debe continuar apoyando a Israel a toda costa.
¿Y por quién votará Karger en noviembre? “No me gusta Romney por ser mormón, por su línea dura contra los gays y los derechos civiles y su apoyo a la Organización Nacional por el Matrimonio. Le he pedido que retire ese apoyo, pues es una organización muy oscura que está siendo investigada por lavado de dinero”. Romney ha firmado una promesa con dicha organización, que lo obligará a promover una enmienda constitucional para prohibir el matrimonio homosexual si llega a la Casa Blanca.
Respecto a Obama, el candidato aplaude su primera campaña presidencial. “Sin embargo, llegó al poder y no ha hecho lo que todo el mundo esperaba; se congeló”.
Se calienta la carrera presidencial
A poco más de tres meses para las elecciones, la campaña del presidente Barack Obama sugiere que su rival republicano, Mitt Romney, podría ser un delincuente. La polémica entre ambas campañas gira en torno a si Romney estaba o no al frente de Bain Capital entre 1999 y 2002, una época en la que esa empresa invirtió en compañías especializadas en trasladar puestos de trabajo fuera de EE.UU. y en otras que quebraron. En entrevistas con varias cadenas de televisión, Romney reiteró que dejó Bain Capital en 1999 y exigió a la campaña demócrata que deje las acusaciones “falsas” y “deshonestas” en su contra. No obstante, Obama se ha ratificado en sus señalamientos.
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