Crédito foto: Efe
Al menos 50 miembros de la guardia presidencial murieron anoche en los combates entre militares leales al jefe de Estado de Malí, Amadou Toumani Touré, y golpistas, en los alrededores del palacio presidencial, según fuentes de la protección civil.
Durante toda la noche se registraron enfrentamientos en las inmediaciones del palacio presidencial, el único lugar en el que se encontraban desplegadas las fuerzas leales a Touré, que se encuentra en paradero desconocido.
Asimismo, un civil yacía muerto, con varios disparos en el cuerpo, en una de las principales vías de la capital.
Esta madrugada, el máximo órgano golpista, el Comité Nacional por la Recuperación de la Democracia y la Restauración del Estado (CNRDRE), presidido por el capitán Amadou Haya Sanogo, anunció la derogación de la Constitución y la disolución de todas las instituciones del Estado.
El golpe de Estado comenzó ayer con un motín en el cuartel de Kati, situado a 15 kilómetros de la capital y que ya había sido testigo de disturbios anteriores el pasado febrero.
Los reclutas rechazaban ser movilizados para participar en los enfrentamientos entre el Ejército y las fuerzas independentistas tuareg en el norte de Malí, que se levantaron en armas el pasado 17 de enero para reclamar la autodeterminación de la parte septentrional del país.
Los amotinados se dirigieron a la capital donde tomaron la sede de la radio y la televisión estatales y, donde, después de sumar fuerzas, detuvieron a varios ministros, tomaron el palacio presidencial y anunciaron su victoria.
Los militares cerraron "todas las fronteras hasta nueva orden", declaró uno de ellos, el sargento Salif Koné. "Hemos cerrado todas las fronteras hasta nueva orden", afirmó el miembro del Comité Nacional para la Recuperación de la Democracia y la Restauración del Estado.
La junta militar que asumió el jueves el poder en Bamako tras varias horas de enfrentamientos alegó la necesidad de combatir con eficacia la rebelión tuareg y a los grupos armados islamistas que operan en el norte del país.
Afirmó además haber puesto fin al "régimen incompetente" instalado en Bamako y anunció la disolución de "todas las instituciones", la suspensión de "la Constitución" y un toque de queda, en una alocución por la radiotelevisión nacional, ocupada desde el miércoles.
Disparos de advertencia se escuchaban en algunos barrios de la capital, según testigos. "Mucha gente está escondida en su casa. Se oyen ruidos de armas", dijo por teléfono un habitante de la ciudad.
Francia anunció el jueves la suspensión de su cooperación con el gobierno de Malí. París quiere "el restablecimiento del orden constitucional" y que las "elecciones programadas en abril se lleven a cabo lo antes posible", indicó el ministro de Relaciones Exteriores francés, Alain Juppé.
La Unión Europea (UE) también condenó este jueves el golpe de Estado y pidió que se restablezca el orden "constitucional".
"Sean cuales sean las circunstancias, hay que preservar la seguridad y la libertad del pueblo de Malí", indicó Michael Mann, vocero de la jefe de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, en un comunicado.
A principios de febrero, mujeres y allegados a los soldados habían manifestado en varias ciudades para denunciar el silencio sobre la situación de los militares y la "falta de firmeza del poder" frente a los rebeldes tuareg.
El presidente Touré había logrado calmar a los manifestantes y tomar en cuenta algunas de sus demandas.
Malí enfrenta desde mediados de enero los ataques del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) y otros rebeldes tuaregs, entre ellos milicias fuertemente armadas que combatieron para el régimen del dictador libio Muammar Khadafi y que tomaron varias ciudades del norte del país.
Durante toda la noche se registraron enfrentamientos en las inmediaciones del palacio presidencial, el único lugar en el que se encontraban desplegadas las fuerzas leales a Touré, que se encuentra en paradero desconocido.
Asimismo, un civil yacía muerto, con varios disparos en el cuerpo, en una de las principales vías de la capital.
Esta madrugada, el máximo órgano golpista, el Comité Nacional por la Recuperación de la Democracia y la Restauración del Estado (CNRDRE), presidido por el capitán Amadou Haya Sanogo, anunció la derogación de la Constitución y la disolución de todas las instituciones del Estado.
El golpe de Estado comenzó ayer con un motín en el cuartel de Kati, situado a 15 kilómetros de la capital y que ya había sido testigo de disturbios anteriores el pasado febrero.
Los reclutas rechazaban ser movilizados para participar en los enfrentamientos entre el Ejército y las fuerzas independentistas tuareg en el norte de Malí, que se levantaron en armas el pasado 17 de enero para reclamar la autodeterminación de la parte septentrional del país.
Los amotinados se dirigieron a la capital donde tomaron la sede de la radio y la televisión estatales y, donde, después de sumar fuerzas, detuvieron a varios ministros, tomaron el palacio presidencial y anunciaron su victoria.
Los militares cerraron "todas las fronteras hasta nueva orden", declaró uno de ellos, el sargento Salif Koné. "Hemos cerrado todas las fronteras hasta nueva orden", afirmó el miembro del Comité Nacional para la Recuperación de la Democracia y la Restauración del Estado.
La junta militar que asumió el jueves el poder en Bamako tras varias horas de enfrentamientos alegó la necesidad de combatir con eficacia la rebelión tuareg y a los grupos armados islamistas que operan en el norte del país.
Afirmó además haber puesto fin al "régimen incompetente" instalado en Bamako y anunció la disolución de "todas las instituciones", la suspensión de "la Constitución" y un toque de queda, en una alocución por la radiotelevisión nacional, ocupada desde el miércoles.
Disparos de advertencia se escuchaban en algunos barrios de la capital, según testigos. "Mucha gente está escondida en su casa. Se oyen ruidos de armas", dijo por teléfono un habitante de la ciudad.
Francia anunció el jueves la suspensión de su cooperación con el gobierno de Malí. París quiere "el restablecimiento del orden constitucional" y que las "elecciones programadas en abril se lleven a cabo lo antes posible", indicó el ministro de Relaciones Exteriores francés, Alain Juppé.
La Unión Europea (UE) también condenó este jueves el golpe de Estado y pidió que se restablezca el orden "constitucional".
"Sean cuales sean las circunstancias, hay que preservar la seguridad y la libertad del pueblo de Malí", indicó Michael Mann, vocero de la jefe de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, en un comunicado.
A principios de febrero, mujeres y allegados a los soldados habían manifestado en varias ciudades para denunciar el silencio sobre la situación de los militares y la "falta de firmeza del poder" frente a los rebeldes tuareg.
El presidente Touré había logrado calmar a los manifestantes y tomar en cuenta algunas de sus demandas.
Malí enfrenta desde mediados de enero los ataques del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) y otros rebeldes tuaregs, entre ellos milicias fuertemente armadas que combatieron para el régimen del dictador libio Muammar Khadafi y que tomaron varias ciudades del norte del país.
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