LOS ANGELES - Magic Johnson vuelve al rescate de Los Angeles. Esta vez no fue con una canasta salvadora en el último segundo para los Lakers, sino con un golpe de billetes a favor de los Dodgers.
Earvin "Magic" Johnson, con su sempiterna sonrisa que alguien llamó alguna vez "la más famosa y sincera de todos los Estados Unidos", encabeza el grupo Guggenheim Baseball Management que será el nuevo dueño de la novena azul.
Magic y compañía llegaron a un acuerdo con el propietario Frank McCourt para comprar la franquicia, el Dodger Stadium, los estacionamientos y otros terrenos alrededor del parque beisbolero.
El pacto de compraventa está pendiente de aprobación por una corte federal de bancarrota, por lo que la transacción aún podría demorar alrededor de un mes. El precio acordado es exorbitante: dos mil millones de dólares. La cifra es récord nacional y mundial, que casi duplica los 1,100 millones que Stephen Ross pagó en el 2009 por los Dolphins de Miami, en la NFL.
También es alrededor de un 25 por ciento más de lo que la familia Glazer pagó en el 2005 por el Manchester United, club de la liga inglesa de fútbol.
Junto con Johnson, pusieron la plata Stan Kasten, con un largo historial gerencial en el béisbol con los Bravos de Atlanta y los Nacionales de Washington, Mark Walter, el productor cinematográfico Peter Guber, Bobby Patton y Todd Boehly.
Pero bien vale la inversión. Los Dodgers representan una de las caras históricas de las Grandes Ligas, uno de los emblemas, que lleva más de 20 años sin saborear las mieles del triunfo, en gran medida, gracias a los malos manejos gerenciales, desde McCourt para abajo.
Pero dejemos el pasado atrás. Magic trae esperanza, no sólo porque se trata de una de las figuras más idolatradas entre la fanaticada del sur de California, sino, precisamente, porque es un hombre de deporte, que tomará su inversión no sólo como un asunto de negocios.
Lógico que el deporte profesional es un negocio y lamentablemente, muchos propietarios lo ven sólo así: una empresa en la que ponen dinero y tratan de exprimir al máximo su inversión.
Pero estamos hablando de una institución deportiva, que es, a fin de cuentas, entretenimiento. Si no hay victorias asociadas a la labor de la entidad, si no hay pasión y entrega, estamos hablando de un fracaso, tanto atlético, como empresarial.
¿De qué vale vender millones de camisetas, gorras y otras mercaderías, si se pasa un cuarto de siglo en la oscuridad de la tabla de posiciones?
Y eso es lo que buscará revertir Magic, quien sabe de la A a la Z lo que significa ponerle pasión hasta dejar el alma sobre el terreno.
Los Dodgers, por su historia, por lo que representan para el béisbol, necesitan de una sacudida total, que los devuelva al lugar que les corresponde, para volver a ser El Equipo de Los Angeles, título que ahora ostentan por muchas razones los Angelinos.
Ahora mismo, los Dodgers son "el otro equipo de Los Angeles", gústele a quien le guste y duélale a quien le duela, con todo y los ilustres nombres que archiva en su historial.
Lo que le espera a Magic y compañía es una tarea cuesta arriba, para devolverle a la franquicia su lustre de antaño.
Pero ese es un terreno conocido para Johnson, quien en lo personal lleva más de dos décadas batallando contra el VIH, sin perder su sonrisa eterna.
Esa es la misma sonrisa que tratará de ponerle en el rostro a cada uno de los fanáticos de los Dodgers. Pueden apostarlo.
Por Jorge Morejón
ESPNdeportes.com
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