Cronistas de arte?


Curioso me resulta observar cómo la gente, luego de un certámen como el de los premios Casandra, manifiesta una acrecentada voracidad tratando de leer y escuchar opiniones de profesionales con criterio para discernir con propiedad y credibilidad en torno a lo acontecido. Pero lamentablemente se va de bruce ante la incapacidad y la falta de criterio rampante en la mayoría de quienes deberían asumir con propiedad su rol de críticos y comentaristas de
arte. !Cuánta gente mediocre!. Deberían sentir verguenza de que televidentes y simples lectores sean los que estén asumiendo la bandera de la crítica y la discrepancia, haciendo señalamientos y observaciones puntuales, revelando una agudeza y una capacidad de discernimiento asombrosa.
Y claro está que hay más de una razón, pues a distancia se advierte el temor a perder talvez el patrocinio de la empresa que regentea los premios Casandra, que se puede ver en programas y en páginas de internet donde aparecen los banners. De ahí que en periódicos, revistas, programas de radio y de televisión, además de portales en la internet, sea difícil, por no decir, imposible, que la gente pueda leer, ver o escuchar alguna crítica al Casandra bien sustentada. Se quedan todas en la superficialidad, rehuyendo el análisis crítico para no molestar ni hacer enojar a los dueños de la casa. Si todos forman parte de la casa, no hay que abrigar ninguna nimia esperanza de que se pueda esperar otra cosa, que no sean lisonjas y elogios a todo lo que se ha hecho, lo cual no es más que la expresión de un condicionamiento vergonzoso que contravienen los más elementales principios que norman el ejercicio periodístico.
Por suerte existen espacios como este, plurales, amplios, sin dobleces, donde no se transige ni se hacen conceciones al momento a ahondar sobre los hechos, evidencia de que no todo está perdido, en este mundo de galeones atrapados en los mares de un conformismo oprobioso


Publicado por Joseph Caceres

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