Por Agencia EFE
La policía de Nueva York teme que el memorial del 11-S, inaugurado el año pasado en recuerdo a las víctimas de los atentados terroristas ocurridos en septiembre de 2001, pueda convertirse en un lugar para suicidarse.
"Tenemos que pensar en estas posibilidades. La gente puede venir a suicidarse. Nos preocupa que alguien intente saltar", afirmó el jefe de la policía neoyorquina, Raymond Kelly, en una entrevista publicada por la revista Esquire que saldrá publicada en la edición de marzo.
El memorial está presidido por dos imponentes piscinas con caídas de agua de 10 metros a cuyo alrededor están grabados en bronce los nombres de las 2.983 personas que murieron el 11 de septiembre de 2001 en los atentados de la red terrorista Al Qaeda y los de los fallecidos en el primer atentado contra el World Trade Center en 1993.
Las autoridades temen que la fuerte carga simbólica del lugar despierte sentimientos suicidas entre quienes tengan alguna relación con el 11-S, especialmente aquellos que perdieron a alguien el día que cayeron las Torres Gemelas.
"De hecho tenemos previsto un plan de respuesta en caso de que ocurra (un suicidio)", añadió Kelly, quien no quiso ofrecer detalles,
Desde que abrió sus puertas en septiembre pasado, en coincidencia con el décimo aniversario de los atentados, más de un millón de personas han visitado el memorial y hasta la fecha no se ha detectado ningún intento de suicidio.
Un portavoz del Memorial del 11-S, Michael Frazier, señaló que hasta la fecha no han detectado ningún incidente, y detalló que policías y agentes de la Autoridad Portuaria vigilan a diario el lugar, según publica hoy el periódico The New York Times.
Los psicólogos creen que los memoriales pueden desatar reacciones psicológicas negativas, especialmente entre los que tienen una conexión directa con el lugar, y en el caso del 11-S se pueden "magnificar" porque los recuerdos todavía están "demasiado frescos".
Dana Alonzo, profesora de trabajo social de la Universidad de Columbia, aseguró que algunos veteranos de la guerra de Vietnam han sufrido episodios de estrés postraumático después de visitar el memorial en Washington.
"Todavía no han sido capaces de completar el proceso de duelo, o el duelo está siendo complicado, un cuadro típico entre quienes han perdido a un ser querido de forma violenta", añadió.
Por su parte, el profesor Gleen Corbett, de la universidad John Jay College, reconoció que hace años el temor era que la "zona cero" se convirtiera en blanco de nuevos atentados terroristas, y ahora también añaden la posibilidad de suicidios.
El memorial está poblado por un bosque de 400 robles y el acceso es gratuito aunque hay que reservar entradas por internet para poder pasear por el lugar donde se alzaban las Torres Gemelas destruidas el 11 de septiembre de 2001.
"Tenemos que pensar en estas posibilidades. La gente puede venir a suicidarse. Nos preocupa que alguien intente saltar", afirmó el jefe de la policía neoyorquina, Raymond Kelly, en una entrevista publicada por la revista Esquire que saldrá publicada en la edición de marzo.
El memorial está presidido por dos imponentes piscinas con caídas de agua de 10 metros a cuyo alrededor están grabados en bronce los nombres de las 2.983 personas que murieron el 11 de septiembre de 2001 en los atentados de la red terrorista Al Qaeda y los de los fallecidos en el primer atentado contra el World Trade Center en 1993.
Las autoridades temen que la fuerte carga simbólica del lugar despierte sentimientos suicidas entre quienes tengan alguna relación con el 11-S, especialmente aquellos que perdieron a alguien el día que cayeron las Torres Gemelas.
"De hecho tenemos previsto un plan de respuesta en caso de que ocurra (un suicidio)", añadió Kelly, quien no quiso ofrecer detalles,
Desde que abrió sus puertas en septiembre pasado, en coincidencia con el décimo aniversario de los atentados, más de un millón de personas han visitado el memorial y hasta la fecha no se ha detectado ningún intento de suicidio.
Un portavoz del Memorial del 11-S, Michael Frazier, señaló que hasta la fecha no han detectado ningún incidente, y detalló que policías y agentes de la Autoridad Portuaria vigilan a diario el lugar, según publica hoy el periódico The New York Times.
Los psicólogos creen que los memoriales pueden desatar reacciones psicológicas negativas, especialmente entre los que tienen una conexión directa con el lugar, y en el caso del 11-S se pueden "magnificar" porque los recuerdos todavía están "demasiado frescos".
Dana Alonzo, profesora de trabajo social de la Universidad de Columbia, aseguró que algunos veteranos de la guerra de Vietnam han sufrido episodios de estrés postraumático después de visitar el memorial en Washington.
"Todavía no han sido capaces de completar el proceso de duelo, o el duelo está siendo complicado, un cuadro típico entre quienes han perdido a un ser querido de forma violenta", añadió.
Por su parte, el profesor Gleen Corbett, de la universidad John Jay College, reconoció que hace años el temor era que la "zona cero" se convirtiera en blanco de nuevos atentados terroristas, y ahora también añaden la posibilidad de suicidios.
El memorial está poblado por un bosque de 400 robles y el acceso es gratuito aunque hay que reservar entradas por internet para poder pasear por el lugar donde se alzaban las Torres Gemelas destruidas el 11 de septiembre de 2001.
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