La última llamarada del Sol

La última llamarada del Sol
Recreación del Sol convertido en una gigante roja.

Dentro de 5.000 millones de años la estrella comenzará a morir, no sin antes destruir Mercurio, Venus y la Tierra

 
Aún es una estrella de mediana edad pero su actividad algún día llegará a su fin. Y con ella se irá al traste todo lo que conocemos como Sistema Solar. Sin embargo, el astro rey no dirá adiós, sencillamente, apagando las luces. Su despedida será, como la de todas las estrellas, brutal.
El Sol cuenta con una edad estimada de 4.650 millones de años y se cree que sus recursos le permitirán brillar al menos otros 5.500 millones. Difícilmente el ser humano esté allí para contemplar lo que ocurrirá entonces, pero el ‘espectáculo’ será, cuanto menos, espeluznante.
Llegará un día que el hidrógeno que conforma su combustible comience a agotarse. La observación a través de los telescopios espaciales de otras estrellas al final de su vida permite adivinar el proceso que se iniciará a partir de entonces. La primera consecuencia será su transformación en una gigante roja. Es decir, en un último esfuerzo por sobrevivir, su masa comenzará a expandirse sin control –hasta 200 veces su tamaño actual- devastando todo a su paso. “Una estrella es un fénix destinado a levantarse durante un tiempo de sus cenizas”, afirmó Carl Sagan sobre este momento.
A medida que se agrande, Mercurio y Venus sucumbirán absorbidos por el Sol. Simplemente, se reducirán a cenizas. Y lo más probable es que la Tierra acabe también por ser engullida. Si no es así, algunas teorías apuntan a que el empuje de la fuerza del Sol lanzará el planeta fuera del Sistema Solar, no sin antes incinerarlo por completo. La Tierra, se convertiría así en una masa rocosa inerte que flotaría por el espacio hasta acabar chocando y destruyéndose contra otro cuerpo.
El Sol, impertérrito ante el destino de sus planetas más cercanos, seguirá con su imparable proceso de defunción. En su lucha por sobrevivir quemará el último gramo de combustible hasta apagarse, reducir su nuevo tamaño y convertirse en lo que se conoce como una enana blanca. Eso sí, aún desprenderá calor durante algún tiempo. Y es que podría tardar otros miles de millones de años enfriarse por completo. Los planetas del Sistema Solar que hayan sobrevivido quedarán a oscuras. Aún así tendrán suerte, ya que de ser el Sol una estrella masiva estallaría en forma de supernova arrasando por completo el Sistema Solar.
La pregunta es si el día de la última llamarada solar la especie humana se encontrará diseminada por el universo o, simplemente, como tantas, se habrá extinguido.

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