Cuidado con productos dietéticos para niños

Puede alterar la percepción del organismo infantil sobre alimentos, su sabor y sus calorías   
Por Cristián M. González / El Mercurio / GDA
Una alternativa que debe ser administrada con precaución, ya que el uso desmedido de este tipo de alimentos también puede acarrear kilos de más.
Una consulta que es cada vez más frecuente en pediatría, según comentan los expertos, y que encuentra en el mercado una oferta y variedad que crece de manera proporcional a la confianza que depositan los consumidores en ellos, pensando que no engordan.
El punto es que si bien tienen menos calorías, no siempre contienen bajos aportes de grasa o azúcar, que también son perjudiciales.
De hecho, la normativa de rotulación de alimentos en países como Chile establece que un producto “light” o “diet” solo indica que algún nutriente del alimento ha sido reducido, pero no implica menos calorías ni ausencia de azúcar.
“Quienes trabajamos en nutrición con niños no somos partidarios de que utilicen productos ‘light’; sino que opten por una alimentación saludable basada en lácteos, frutas y verduras, por ejemplo”, enfatiza la pediatra Sylvia Guardia, especialista en nutrición infantil.

Percepción alterada
Una de las críticas que se hace al consumo de estos productos por los niños es que, al ser modificados para restarles calorías, pueden no contener algunos nutrientes esenciales para su desarrollo.
Además, pueden alterar la percepción del organismo infantil frente a los alimentos, su sabor y contenido calórico, provocando que aumente el deseo por consumir una mayor cantidad de alimento.
“Algunos de estos productos producen menos saciedad y, por ende, son un arma de doble filo, inútiles y nocivos porque causan una ingesta de rebote, que hace que coman más y reciban más calorías”, comenta el pediatra Roberto Balassa, del Hospital Clínico U. de Chile.
Un estudio publicado en 2007 en la revista Obesity demostró en ratones cómo se altera la percepción de los alimentos.
Investigadores de la Universidad de Alberta, en Canadá, alimentaron con productos ‘light’ a dos grupos de roedores, unos obesos y otros delgados.
Al final del experimento, todos aumentaron la ingesta de alimento. La conclusión de los investigadores es que puede ser muy negativo intentar reducir el peso de un niño a través de la ingesta de productos ‘light’, y que las mejores formas de eliminar o evitar el sobrepeso y la obesidad son una dieta sana y el ejercicio físico.
“Su uso es válido siempre que sean parte de un manejo integral, pero no de manera indiscriminada”, sugiere el doctor Balassa, quien agrega que es conveniente averiguar antecedentes familiares de los niños -padres hipertensos, diabéticos, con colesterol alto- para descartar problemas en el menor.
De todas formas, la doctora Guardia estima que no es recomendable que los niños menores de dos años ingieran productos ‘light’, ya que solo se consigue crearles malos hábitos.
“Estos productos suelen tener exceso de azúcar y eso produce adicción por lo dulce”, dice la experta en nutrición.
Por lo mismo, en Estados Unidos las asociaciones de nutrición y pediatría sugieren limitar las bebidas azucaradas y los jugos naturales (incluyendo los de fruta) a entre 120 y 180 ml (menos de una taza) al día para niños de 1 a 6 años. La cantidad debe aumentar al doble para quienes tienen entre 7 y 18 años.

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