Por: Redacción Vivir La vivienda diseñada por estudiantes de la Universidad Eafit mide 64 metros, podrían vivir seis personas y se eleva hasta dos metros.
La casa (en esta imagen faltan los retoques finales) será instalada este martes en el embalse de El El embalse de El Peñol-Guatapé, en el oriente antioqueño, fue el lugar elegido por Andrés Walker Uribe, Lina Marcela Castaño y Sergio Andrés Molina, estudiantes de la Universidad Eafit, para echar al agua el prototipo de casa flotante que diseñaron pensando en ofrecer una solución de vivienda a millares de familias que año tras año se ven afectadas por las inundaciones en el país.
En tiempo de sequía, la casa anfibia se camufla entre las construcciones tradicionales. Pero cuando suben las aguas, gracias a que descansan sobre una plataforma que a su vez esconde una rejilla con 6.400 botellas de pet, —las mismas en las que se envasan las bebidas gaseosas de 2,5 litros— puede elevarse hasta dos metros por encima del suelo.
“El peso máximo que puede soportar la vivienda, con habitantes y enseres, es de ocho toneladas”, explica Andrés Walker Uribe, uno de los líderes del proyecto. En los 64 metros cuadrados de construcción pueden convivir seis personas.
La propuesta de los estudiantes aspira a competir con las viviendas de interés social tradicionales. De hecho, el valor de la construcción ronda los $37’000.000, casi la mitad de lo que se estipula para una de interés social (máximo 135 salarios mínimos mensuales).
“Es muy bonito saber que uno está pisando un sueño. A veces es difícil concretar, porque éstos son etéreos, pocos se pueden palpar”, declara Lina Marcela, otra de las integrantes del equipo. En cuestión de meses estos jóvenes paisas convirtieron un proyecto de grado en una opción real.
No es la primera vez que en el país se presentan modelos de casas flotantes. Siguiendo ejemplos arquitectónicos de países como Holanda y Tailandia, donde incluso se han construido barrios enteros, la elaboración de viviendas anfibias siempre es una opción viable para lidiar con inundaciones. En Europa también se han hecho populares los botes adaptados para vivienda. Se trata de embarcaciones de manga estrecha, tradicionalmente utilizados para transportar materias primas y combustible por los canales de agua que atraviesan algunas ciudades.
Sin embargo, la propuesta de los tres antioqueños es muy pertinente para la situación climatológica que afronta el país y abre la discusión sobre las alternativas que deben comenzar a contemplarse en la planeación territorial de zonas como la depresión momposina, una de las más afectadas por la actual ola invernal.
Como lo señaló la ministra de Vivienda, Beatriz Uribe, en una de sus visitas a las zonas más vulnerables a las inundaciones: “Hay opciones como la reubicación de pueblos enteros o buscar mecanismos y tecnologías para construir viviendas que se adapten a este tipo de fenómenos, como las casas flotantes o palafíticas”.
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