Por Camile Roldán Soto / end.croldan@elnuevodia.com Horrible. Así describe Verónica como transcurrió para ella la pasada época navideña. Para esa fecha su matrimonio terminó. Así es que mientras otros festejaban ella lloraba la pérdida de una larga relación sentimental. Inevitablemente, la cercanía de las fiestas ha refrescado en su memoria aquel momento difícil y enfrentar una navidad diferente. Pero está decidida a no dejarse caer en las redes de la tristeza esta vez.
Por razones similares a las de Verónica, relacionadas a golpes emocionales, pérdidas o incluso a la estrechez económica, son muchos los que le temen a la temporada que se avecina. En lugar de música, rumba y alegría anticipan soledad y temor. Les asusta no saber encarar ciertas exigencias sociales o lidiar con algunas realidades.
“Desde ahora me estoy preparando. Hice un plan para mí misma. Para lograr que la casa se vea y se sienta alegre. Que haya luces y música porque sé que si me dejo llevar la voy a pasar como el año pasado”, afirma Verónica, madre de dos niños.
Su estrategia es precisamente la que recomiendan los profesionales de la salud mental para lidiar con estresores o sentimientos que, si no se enfrentan adecuadamente, pueden convertirse en una depresión.
¿deprimido O simplemente triste?
Ahora bien, antes de determinar cómo debes reaccionar a tu estado de ánimo, la sicóloga clínica María Victoria Ruiz Ramírez aclara que hay personas cuyo ánimo sencillamente decae durante la Navidad, pero eso no significa que tengan depresión.
“Probablemente son personas que piensan: no tengo dinero, me despidieron, es mi primera navidad sin esposo o esposa luego del divorcio. Atraviesan por estresores que les causan tristeza pero no por ello hay que ponerles el sello de deprimidos”, enfatiza al recomendar cautela para no confundir esos sentimientos con un diagnóstico clínico.
Están, por otro lado, aquellos que sufren de lo que se conoce como el trastorno afectivo estacional (‘seasonal depression’ en inglés), caracterizado por cambios marcados en la conducta en épocas específicas del año, entre ellas la Navidad. Quienes la sufren se hallan muy tristes durante la temporada, tienen dificultad para levantarse, comen más de la cuenta y enfrentan una marcada falta de concentración. Pero una vez culmina la estación vuelven a ser los mismos de siempre.
En países como Estados Unidos, el trastorno se asocia al clima frío y al cambio en los patrones de luz. La persona puede enfrentarla sin que necesariamente se sienta afectada por alguna situación.
“La hormona melatonina se segrega por la noche debido a la falta de luz. Como está más oscuro, algunas personas segregan más melatonina y les da más sueño. Por eso, una de las terapias para tratar el trastorno utiliza las luces y el color”, sostiene Ruiz.
Tus emociones en la Navidad
En Puerto Rico, donde los cambios durante la estación son mucho más sutiles, los profesionales de la salud mental coinciden en que influencian mucho más factores de tipo emocional.
La doctora Ilia Rosario, sicóloga y profesora en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, precisa que en los meses de noviembre, diciembre y enero la demanda por servicios sicológicos aumenta significativamente.
“Las personas deben buscar a alguien que les escuche. Muchos sufren por estar inmersos en la nostalgia que les produce mucha tristeza”, indica la sicóloga.
A consecuencia de la llamada “depresión navideña”, el individuo se ahoga en su pena, presa de pensamientos negativos que le impiden percibir todas las cosas positivas que le rodean tales como su familia, amigos y otras relaciones que producen bienestar.
Usualmente, afecta más a mujeres solas y personas de la tercera edad, señala la sicóloga clínica Samara Lugo.
Mercedes es una mujer retirada y viuda. Aunque tiene una hija y tres nietos adolescentes con quienes comparte las fechas importantes, afirma que durante la Navidad no puede evitar una fuerte melancolía. Lo atribuye a un sentimiento de soledad que, aunque lo siente durante todo el año, le afecta más durante diciembre y enero.
“Sé que volver al pasado es imposible, pero soñar no cuesta nada y yo sueño con los días alegres con mi marido”, afirma la mujer de 67 años.
Cómo enfrentarla
A menudo, como le ocurre a Mercedes, es posible anticipar la vulnerabilidad a los pensamientos negativos. Si las fiestas que se acercan te traen recuerdos incómodos, si has atravesado una situación difícil recientemente o no cuentas con una red de apoyo social o familiar para compartir debes prepararte de antemano. Hay muchas alternativas para evitar caer en la depresión.
Si estás muy solo, las sicólogas recomiendan involucrarte con alguna causa o entidad benéfica. Al hacerlo, además de contribuir con gente necesitada, hallarás compañía y te sentirás útil. Este tipo de actividad ayuda también a ganar perspectiva. Es decir, evita la tendencia a ahogarte en un vaso de agua y dedica tiempo a entender que los momentos difíciles nos tocan a todos.
Consigue un pasatiempo que puedas practicar sin necesidad de compartir con alguien. O matrículate en algún curso donde a la vez que aprendes algo nuevo puedas conocer gente. Disfruta de un buen libro o una buena película. Explora rincones de la isla. Puedes hacerlo en grupo a través de entidades que se dedican a ofrecer este tipo de paseos a precios muy bajos. Ejercítate. Aprende alguna nueva destreza. En fin, utiliza la creatividad y mantén la voluntad. Último, pero igualmente importante, es aprender a convivir con los momentos de soledad. Convierte el espacio a solas en oportunidades para mimarte. Cómprate un regalo.
“Hay un poema que dice que plantes tu propio jardín antes de esperar a que otros vengan a traerte flores”, puntualiza Ruiz.
Reconoce los síntomas
•Fatiga
•Mayor necesidad de dormir
•Menos energía
•Aumento de peso
•Aumento de apetito
•Dificultad para concentrarte
•Urgencia por estar más tiempo solo
Prepara tu estrategia
Si el dinero no te alcanza para regalar, haz una actividad de intercambio de regalos entre los familiares en vez de querer comprar un regalo para cada uno. De esta manera ahorran, se divierten y reciben.
•Si perdiste a un ser querido piensa que a esa persona le gustaría verte alegre recordándolo de forma positiva. Revive y agradece los buenos momentos vividos.
•Si el lugar donde estás te trae recuerdos y provoca tristeza, inventa un viaje o ve a casa de algún familiar a pasar la navidad.
•Evita la soledad. Busca la compañía y el apoyo de tus familiares y amigos.
•Desahogate. Hablar con alguien de la situación le ayuda a organizar sus pensamientos y encontrar soluciones.
•Rodéate de gente que te inspire alegría y diviértete sanamente.
•Valora y aprecia lo poco o mucho que tienes a tu alrededor.
•Si tus familiares están lejos mantén comunicación continua, hoy día es mucho más fácil a través de redes sociales.
•Si no cumpliste las metas propuestas realiza algunos cambios y no te rindas ante las situaciones, busca alternativas nuevas.
• Convierte a tu casa en un espacio agradable en el que disfrutes estar. Invierte un poco en adornos, flores o elementos de decoración sencillos que te ayuden a lograr ese propósito.
•Busca un pasatiempo que aparte tu mente de pensamientos negativos.
•No esperes que nadie te consienta. Consiéntete a tí mismo.
•El ejercicio libera hormonas que producen bienestar. Comienza una rutina hoy.
•Utiliza técnicas de relajación y libera el estrés.
•Busca ayuda profesional si no puedes manejar la situación.
Fuente: Dra. Samara Lugo, sicóloga clínica
Tipos de depresión
El trastorno depresivo grave, también llamado depresión grave, se caracteriza por una combinación de síntomas que interfieren con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer, y disfrutar de las actividades que antes resultaban placenteras. La depresión grave incapacita a la persona y le impide desenvolverse con normalidad. Un episodio de depresión grave puede ocurrir solo una vez en el curso de vida de una persona pero, mayormente, recurre durante toda su vid a.
El trastorno bipolar, también llamado enfermedad maniacodepresiva, no es tan común como la depresión grave o la distimia. Se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo que van desde estados de ánimo muy elevado (por ejemplo, manía) a estados de ánimo muy bajo (por ejemplo, depresión).
El trastorno distímico, también llamado distimia, se caracteriza por sus síntomas de larga duración (dos años o más), aunque menos graves, pueden no incapacitar a una persona pero sí impedirle desarollar una vida normal o sentirse bien. Las personas con distimia también pueden padecer uno o más episodios de depresión grave a lo largo de sus vidas.
Algunas formas de trastorno depresivo muestran características levemente diferentes a las descritas anteriormente o pueden desarrollarse bajo circunstancias únicas. Sin embargo, no todos los científicos están de acuerdo en cómo caracterizar y definir estas formas de depresión que incluyen:
Depresión psicótica, que ocurre cuando una enfermedad depresiva grave está acompañada por alguna forma de psicosis, tal como ruptura con la realidad, alucinaciones y delirios.
Depresión posparto, la cual se diagnostica si una mujer que ha dado a luz recientemente sufre un episodio de depresión grave dentro del primer mes después del parto. Se calcula que del 10 al 15 por ciento de las mujeres padecen depresión posparto luego de dar a luz.
El trastorno afectivo estacional se caracteriza por la aparición de una enfermedad depresiva durante los meses del invierno, cuando disminuyen las horas de luz solar. La depresión generalmente desaparece durante la primavera y el verano. Puede tratarse eficazmente con terapia de luz, pero aproximadamente el 50% de las personas con trastorno afectivo estacional no responden solamente a la terapia de luz. Los medicamentos antidepresivos y la psicoterapia pueden reducir los síntomas del trastorno afectivo estacional, ya sea de forma independiente o combinados con la terapia de luz.
Fuente: National Institute of Mental Health (NIMH)
Por razones similares a las de Verónica, relacionadas a golpes emocionales, pérdidas o incluso a la estrechez económica, son muchos los que le temen a la temporada que se avecina. En lugar de música, rumba y alegría anticipan soledad y temor. Les asusta no saber encarar ciertas exigencias sociales o lidiar con algunas realidades.
“Desde ahora me estoy preparando. Hice un plan para mí misma. Para lograr que la casa se vea y se sienta alegre. Que haya luces y música porque sé que si me dejo llevar la voy a pasar como el año pasado”, afirma Verónica, madre de dos niños.
Su estrategia es precisamente la que recomiendan los profesionales de la salud mental para lidiar con estresores o sentimientos que, si no se enfrentan adecuadamente, pueden convertirse en una depresión.
¿deprimido O simplemente triste?
Ahora bien, antes de determinar cómo debes reaccionar a tu estado de ánimo, la sicóloga clínica María Victoria Ruiz Ramírez aclara que hay personas cuyo ánimo sencillamente decae durante la Navidad, pero eso no significa que tengan depresión.
“Probablemente son personas que piensan: no tengo dinero, me despidieron, es mi primera navidad sin esposo o esposa luego del divorcio. Atraviesan por estresores que les causan tristeza pero no por ello hay que ponerles el sello de deprimidos”, enfatiza al recomendar cautela para no confundir esos sentimientos con un diagnóstico clínico.
Están, por otro lado, aquellos que sufren de lo que se conoce como el trastorno afectivo estacional (‘seasonal depression’ en inglés), caracterizado por cambios marcados en la conducta en épocas específicas del año, entre ellas la Navidad. Quienes la sufren se hallan muy tristes durante la temporada, tienen dificultad para levantarse, comen más de la cuenta y enfrentan una marcada falta de concentración. Pero una vez culmina la estación vuelven a ser los mismos de siempre.
En países como Estados Unidos, el trastorno se asocia al clima frío y al cambio en los patrones de luz. La persona puede enfrentarla sin que necesariamente se sienta afectada por alguna situación.
“La hormona melatonina se segrega por la noche debido a la falta de luz. Como está más oscuro, algunas personas segregan más melatonina y les da más sueño. Por eso, una de las terapias para tratar el trastorno utiliza las luces y el color”, sostiene Ruiz.
Tus emociones en la Navidad
En Puerto Rico, donde los cambios durante la estación son mucho más sutiles, los profesionales de la salud mental coinciden en que influencian mucho más factores de tipo emocional.
La doctora Ilia Rosario, sicóloga y profesora en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, precisa que en los meses de noviembre, diciembre y enero la demanda por servicios sicológicos aumenta significativamente.
“Las personas deben buscar a alguien que les escuche. Muchos sufren por estar inmersos en la nostalgia que les produce mucha tristeza”, indica la sicóloga.
A consecuencia de la llamada “depresión navideña”, el individuo se ahoga en su pena, presa de pensamientos negativos que le impiden percibir todas las cosas positivas que le rodean tales como su familia, amigos y otras relaciones que producen bienestar.
Usualmente, afecta más a mujeres solas y personas de la tercera edad, señala la sicóloga clínica Samara Lugo.
Mercedes es una mujer retirada y viuda. Aunque tiene una hija y tres nietos adolescentes con quienes comparte las fechas importantes, afirma que durante la Navidad no puede evitar una fuerte melancolía. Lo atribuye a un sentimiento de soledad que, aunque lo siente durante todo el año, le afecta más durante diciembre y enero.
“Sé que volver al pasado es imposible, pero soñar no cuesta nada y yo sueño con los días alegres con mi marido”, afirma la mujer de 67 años.
Cómo enfrentarla
A menudo, como le ocurre a Mercedes, es posible anticipar la vulnerabilidad a los pensamientos negativos. Si las fiestas que se acercan te traen recuerdos incómodos, si has atravesado una situación difícil recientemente o no cuentas con una red de apoyo social o familiar para compartir debes prepararte de antemano. Hay muchas alternativas para evitar caer en la depresión.
Si estás muy solo, las sicólogas recomiendan involucrarte con alguna causa o entidad benéfica. Al hacerlo, además de contribuir con gente necesitada, hallarás compañía y te sentirás útil. Este tipo de actividad ayuda también a ganar perspectiva. Es decir, evita la tendencia a ahogarte en un vaso de agua y dedica tiempo a entender que los momentos difíciles nos tocan a todos.
Consigue un pasatiempo que puedas practicar sin necesidad de compartir con alguien. O matrículate en algún curso donde a la vez que aprendes algo nuevo puedas conocer gente. Disfruta de un buen libro o una buena película. Explora rincones de la isla. Puedes hacerlo en grupo a través de entidades que se dedican a ofrecer este tipo de paseos a precios muy bajos. Ejercítate. Aprende alguna nueva destreza. En fin, utiliza la creatividad y mantén la voluntad. Último, pero igualmente importante, es aprender a convivir con los momentos de soledad. Convierte el espacio a solas en oportunidades para mimarte. Cómprate un regalo.
“Hay un poema que dice que plantes tu propio jardín antes de esperar a que otros vengan a traerte flores”, puntualiza Ruiz.
Reconoce los síntomas
•Fatiga
•Mayor necesidad de dormir
•Menos energía
•Aumento de peso
•Aumento de apetito
•Dificultad para concentrarte
•Urgencia por estar más tiempo solo
Prepara tu estrategia
Si el dinero no te alcanza para regalar, haz una actividad de intercambio de regalos entre los familiares en vez de querer comprar un regalo para cada uno. De esta manera ahorran, se divierten y reciben.
•Si perdiste a un ser querido piensa que a esa persona le gustaría verte alegre recordándolo de forma positiva. Revive y agradece los buenos momentos vividos.
•Si el lugar donde estás te trae recuerdos y provoca tristeza, inventa un viaje o ve a casa de algún familiar a pasar la navidad.
•Evita la soledad. Busca la compañía y el apoyo de tus familiares y amigos.
•Desahogate. Hablar con alguien de la situación le ayuda a organizar sus pensamientos y encontrar soluciones.
•Rodéate de gente que te inspire alegría y diviértete sanamente.
•Valora y aprecia lo poco o mucho que tienes a tu alrededor.
•Si tus familiares están lejos mantén comunicación continua, hoy día es mucho más fácil a través de redes sociales.
•Si no cumpliste las metas propuestas realiza algunos cambios y no te rindas ante las situaciones, busca alternativas nuevas.
• Convierte a tu casa en un espacio agradable en el que disfrutes estar. Invierte un poco en adornos, flores o elementos de decoración sencillos que te ayuden a lograr ese propósito.
•Busca un pasatiempo que aparte tu mente de pensamientos negativos.
•No esperes que nadie te consienta. Consiéntete a tí mismo.
•El ejercicio libera hormonas que producen bienestar. Comienza una rutina hoy.
•Utiliza técnicas de relajación y libera el estrés.
•Busca ayuda profesional si no puedes manejar la situación.
Fuente: Dra. Samara Lugo, sicóloga clínica
Tipos de depresión
El trastorno depresivo grave, también llamado depresión grave, se caracteriza por una combinación de síntomas que interfieren con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer, y disfrutar de las actividades que antes resultaban placenteras. La depresión grave incapacita a la persona y le impide desenvolverse con normalidad. Un episodio de depresión grave puede ocurrir solo una vez en el curso de vida de una persona pero, mayormente, recurre durante toda su vid a.
El trastorno bipolar, también llamado enfermedad maniacodepresiva, no es tan común como la depresión grave o la distimia. Se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo que van desde estados de ánimo muy elevado (por ejemplo, manía) a estados de ánimo muy bajo (por ejemplo, depresión).
El trastorno distímico, también llamado distimia, se caracteriza por sus síntomas de larga duración (dos años o más), aunque menos graves, pueden no incapacitar a una persona pero sí impedirle desarollar una vida normal o sentirse bien. Las personas con distimia también pueden padecer uno o más episodios de depresión grave a lo largo de sus vidas.
Algunas formas de trastorno depresivo muestran características levemente diferentes a las descritas anteriormente o pueden desarrollarse bajo circunstancias únicas. Sin embargo, no todos los científicos están de acuerdo en cómo caracterizar y definir estas formas de depresión que incluyen:
Depresión psicótica, que ocurre cuando una enfermedad depresiva grave está acompañada por alguna forma de psicosis, tal como ruptura con la realidad, alucinaciones y delirios.
Depresión posparto, la cual se diagnostica si una mujer que ha dado a luz recientemente sufre un episodio de depresión grave dentro del primer mes después del parto. Se calcula que del 10 al 15 por ciento de las mujeres padecen depresión posparto luego de dar a luz.
El trastorno afectivo estacional se caracteriza por la aparición de una enfermedad depresiva durante los meses del invierno, cuando disminuyen las horas de luz solar. La depresión generalmente desaparece durante la primavera y el verano. Puede tratarse eficazmente con terapia de luz, pero aproximadamente el 50% de las personas con trastorno afectivo estacional no responden solamente a la terapia de luz. Los medicamentos antidepresivos y la psicoterapia pueden reducir los síntomas del trastorno afectivo estacional, ya sea de forma independiente o combinados con la terapia de luz.
Fuente: National Institute of Mental Health (NIMH)
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