Consumir betacarotenos: no te asustes, no son pastillas que debes comprar en la farmacia. El betacaroteno es un potente antioxidante que está presente en zanahorias, perejil, tomate, mango, calabazas y brócoli, entre otros alimentos. Cuando lo consumimos el cuerpo lo metaboliza como Vitamina A, lo asimila en el intestino delgado y lo acumula en el hígado en forma de retinol. Es el retinol da color a nuestra piel y, además, nos protege de la acción de los rayos ultravioletas.
Incluir luteína en tu dieta: pasa por la verdulería. Llévate lechuga, espinaca, acelga y todas las verduras de hojas verdes que encuentres. Esos vegetales contienen luteína: un componente que protege ante el crecimiento de células influidas por los rayos UV.
Vitamina C: antioxidante por excelencia. Además en el organismo logra una síntesis del colágeno, un componente fundamental de los tejidos dérmicos que hace que nuestra piel se mantenga joven por más tempo. Encuéntrala en los cítricos, el kiwi y la coliflor.
Omega 3: es otro componente que ayuda a mantener nuestra piel hidratada durante más tiempo. El Omega 3 nos brinda una serie de ácidos grasos esenciales para que la piel esté completamente perfecta y mantenga la humedad necesaria. El pescado azul y los frutos secos son una buena fuente de este ácido graso esencial. Pero comiendo nueces no reemplazamos el agua: es importantísimo ingerir líquidos para mantener una correcta hidratación.
Té verde: algunos de los antioxidantes que contiene ayudan contra el daño en el ADN de la piel que producen las largas exposiciones al sol.
Fuente: http://www.26noticias.com.ar/la-alimentacion-sana-la-clave-para-lograr-un-buen-bronceado-142550.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario