Actualmente el Vehículo Eléctrico Rosarino (VER) está habilitado para circular por la ciudad con un permiso municipal que permite y alienta el desarrollo de vehículos experimentales, y Ricardo lo utiliza todos los días para ir a trabajar. Con las baterías que tiene instaladas puede recorrer poco más de 30 kilómetros, pero todo el diseño fue construido de forma modular y puede ser mejorado con pequeñas inversiones.
Para cargarlo basta enchufarlo a la toma de corriente de cualquier casa, y dejarlo conectado durante 6 horas. El consumo es similar al de un secador de cabello o una plancha para ropa (1000 watts), y con un costo local de 3 centavos de dólar por kilowatt-hora, puede recorrer 30 kilómetros con 0,18 US$ o 72 centavos argentinos.
Ricardo tenía expuesta su creación en la Jornada demostrativa de equipos solares y si bien el vehículo no se alimenta de paneles solares, tiene un desarrollo tecnológico compatible con las fuentes de energía renovables, y merecía estar presente.
-¿Cómo comenzó la idea de hacer el VER?
-A mí siempre me interesó el transporte eléctrico por su independencia de los combustibles no-renovables, y parte del detonante fue el lanzamiento del EV1 de General Motors, que luego fracasó por no tener suficientes ventas.
Comenzamos haciendo un desarrollo teórico para ver qué se necesitaba para hacer un vehículo eléctrico, y después tuvimos la necesidad de probar si la teoría era correcta y comenzamos con el desarrollo del auto en sí.
-¿Fue siempre usted solo o alguien colaboró?
-Fui yo el que comenzó el proyecto pero luego se sumó Edgardo Marino, un docente de la Universidad Tecnológica Nacional, para colaborar con la investigación y la parte más formal del desarrollo del proyecto. Así logramos enmarcarlo en un Proyecto de I+D de la UTN. La empresa Mantelectric nos ayudó con profesionales, y también prestándonos sus talleres y muchas piezas para el vehículo.
En mi casa tengo un taller donde trabajaba con la parte electrónica, y luego íbamos al taller donde estaba el vehículo a instalar las partes y probarlas.
-¿En qué se basó la elección del vehículo?
-Es un Fiat 147 modelo 1983, usado. Lo elegimos por ser bastante liviano y chico, lo cual es importante ya que el motor eléctrico que utilizamos no tiene tanta potencia, además hay que cargar 170 kilos de baterías de plomo. Hay otros vehículos pequeños, pero este modelo en particular es muy común en Argentina, y por lo tanto es fácil conseguir repuestos, además de ser barato.
-Y cómo fue entonces el proceso de conversión de un vehículo a nafta a eléctrico..
-Primero desarmamos todo el auto, lo pintamos para evitar el óxido, reemplazamos el tapizado y demás. El bloque de motor se retiró, y separamos la caja de cambios del motor de combustión interna.
El motor eléctrico es de corriente continua de 14Kw, desconozco su procedencia porque lo compramos en una chatarrería, pero intuyo que perteneció a un ascensor viejo. El motor está conectado a la caja de cambios original, porque necesitábamos un diferencial, y porque utilizamos una marcha directa bastante larga, luego la cuarta, y la marcha atrás. Podríamos haber controlado las marchas de forma eléctrica, lo que hubiera disminuido bastante peso al eliminar la caja, pero introducía una gran complejidad y decidimos dejarlo en forma mecánica.
-Y respecto a las baterías ¿cómo son la autonomía del vehículo, velocidad y esas cosas?
-Utiliza seis baterías de plomo-ácido de ciclo profundo conectadas en serie, lo que dan unos 72 voltios, con una capacidad de 105 Amperes/hora. El motor tiene una potencia de 14Kw a 96 voltios, así que actualmente funciona a 7Kw (unos 10 HP). Con esto se puede tener una autonomía de 30 kilómetros aproximadamente, desarrollando una velocidad máxima de 60 km/h.
-Lo más interesante es que toda el equipo es modular ¿no?
-Exactamente, todas las partes se pueden sacar y poner. Podemos invertir de muchas formas para aumentar la autonomía, velocidad, potencia y demás reemplazando unas pocas piezas. Incluso volver a colocar el motor de combustión interna.
-¿Qué otra mejora se le ocurre para el vehículo?
-El paso siguiente a dar, es intentar importar las baterías de iones de litio a un precio razonable, a mi bolsillo digamos. Si bien todo el desarrollo hasta ahora parece barato, mi señora no piensa lo mismo...
Las baterías de iones de litio pueden brindar mucha más energía por la misma cantidad de masa, así que quitaríamos bastante peso del auto. O bien, aumentar bastante la autonomía sin modificar el peso total.
De todas formas lo que más me preocupa no es el problema económico sino el legal, no me gusta hacer papelerío..
-Claro, usted es ingeniero..
-Si, si por eso.. a nivel nacional no hay ninguna regulación para estas cosas, las leyes sólo permiten vehículos de combustión interna, y técnicamente las baterías no hacen combustión. Tuve la suerte de encontrar un expediente en el Código de Tránsito Municipal que posibilita la habilitación de circular vehículos experimentales.
-Por curiosidad, ¿hay alguna posibilidad de alimentarlo con energía solar?
-Prácticamente no, teniendo en cuenta que el motor tiene una potencia de cerca de 7Kw, se necesitarían unos 80 metros cuadrados de paneles solares para generar eso, y el techo del auto no tiene más de dos o tres. Lo que sí podría hacerse es instalar paneles en una casa, para generar energía y cargar el auto de ahí, pero no tiene mucho sentido debido a los costos..
-Escuché que hay unos frenos (regenerativos), que en vez de transformar la energía cinética del auto en calor (y desperdiciarla), lo que hacen es transformar una parte en electricidad para cargar las baterías. Si no me equivoco muchos trenes eléctricos los usan, y otros vehículos híbridos avanzados como el Toyota Prius..
-Sería interesante instalar ese tipo de frenos, porque gran parte de la energía del movimiento se pierde en cada frenada, mientras otra parte se pierde por sistemas poco eficientes, y por el rozamiento con el propio aire. De todas formas hay que recordar que la tecnología de este vehículo no es muy alta, y que el funcionamiento de esos sistemas no es totalmente público. Gran parte del trabajo que hicimos fue investigar otros autos eléctricos, e intentar averiguar cómo funcionan.
-¿Y viene andando bien?
-Perfectamente, yo lo uso todos los días, y no he tenido problemas. Ahora que lo pienso, una vez que lo probábamos se nos quemó un fusible, pero fue por una falla de cálculos nuestra. Y hay que tener en cuenta que el VER ya tiene más de 1100 kilómetros recorridos.
-Lo que me sorprende es lo que han podido lograr con tanto esfuerzo, y tan poco dinero, relativamente hablando. Siempre pienso que muchos pueden considerar inútil investigar estas cosas porque no les importa la ecología, pero es increíble el ahorro monetario que genera el hecho de no utilizar nafta. Un vehículo diseñado desde cero para ser eléctrico podría ser mucho más liviano porque no necesitaría sostener un motor a explosión, y producido en serie podría ser muy eficiente.
-Desde luego, eso es un poco lo que quiero mostrar, los primeros automóviles fueron eléctricos, pero como las baterías eran muy ineficientes, fueron reemplazados rápidamente por los de combustión interna. Hoy en día hemos desarrollado muy buenas baterías, pero las compañías siguen produciendo autos a nafta o gasoil, de forma casi dogmática, o por intereses corporativos con las petroleras. Muy pocos investigan en estas cosas.
-¿Y se lo lleva en un flete al VER o conduciendo?
-¡Conduciendo! ¡Por supuesto! Mi casa está a diez kilómetros de acá, y como lo cargué anoche, me alcanza para dar unas vueltas y todo. Además el andar es muy placentero, no hace ruido.
Fuente: http://www.proyectosandia.com.ar/2010/09/un-vehiculo-electrico-casero-de-6000.html
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