Hasta hace unos días, Juliana García González, su verdadero nombre, argumentó ante el juzgado octavo de Distrito de Amparo en Materia Penal tener conocimiento de que el Instituto Nacional de Migración preparaba su salida de México, pero decidió enfrentar a la Procuraduría General de la República (PGR) que la acusa de delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita, delitos contra la salud y posesión de armas de fuego reservadas para uso exclusivo del Ejército, por lo que la modelo quedará recluida en Tepic.
Juliana Sossa Toro, ex reina de Antoquia, fue detenida el pasado 18 de enero en Bosques de las Lomas, junto al narcotraficante que disparó al futbolista Salvador Cabañas a principios del 2010.
Las autoridades afirman que además de ser su pareja, participaba en las actividades de la banda criminal, asunto que ella negó desde el primer momento.
La PGR dio con el paradero del peligroso capo del narcotráfico, porque la colombiana reveló en Facebook la ubicación exacta de su residencia.
La investigación que hay en su contra es de tal gravedad que no se contempla el beneficio de excarcelación.
Lo cierto es que las narconovias inocentes, ambiciosas, engañadas, todas las conclusiones podrían ser válidas en una situación donde el dinero a cantidades, la belleza y la falta de valores se juntan con la necesidad y el deseo incontrolable de acumular bienes y poder.
Los capos saben que ellas los defenderán contra quien sea, ya que viven en una burbuja que es difícil que reviente, aun cuando hay casos, contadísimos, que saben a detalle los negocios de sus parejas. Ahora Juliana compartirá pasarela carcelaria con la también llamada "Reina del Pacífico".
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