Ciudad del Vaticano.- El Papa Benedicto XVI hará historia el próximo 1 de mayo cuando reconozca como beato de la Iglesia católica a Juan Pablo II, ya que en diez siglos ningún pontífice ha beatificado a su inmediato antecesor.
Para encontrar un antecedente similar es necesario remontarse a la Edad Media, cuando los procesos para elevar a los católicos al honor de los altares eran totalmente distintos: en aquella época existía la canonización directa por aclamación del pueblo.
Bajo ese sistema fueron canonizados los Papas León IX y Gregorio VII, quienes murieron respectivamente en 1054 y 1085 mientras Celestino V llegó a ser santo gracias a su tercer sucesor en 1313, menos de 20 años después de su muerte.
En la Iglesia católica los procesos de beatificación sistemáticos son relativamente modernos, el último pontífice que modificó la normativa al respecto fue justamente Juan Pablo II, quien disminuyó el número de "milagros" requeridos para ser beato o santo.
Además abolió la figura del "abogado del diablo", el funcionario de la Congregación para las Causas de los Santos que se dedicaba a buscar los testimonios negativos respecto de un candidato a los altares para someterlos al análisis de las autoridades vaticanas.
Gracias al nuevo sistema el propio Karol Wojtyla beatificó a mil 388 personas y canonizó a otras 482 durante su pontificado de 26 años.
Actualmente 79 Papas han sido declarados como santos y 11 como beatos, incluyendo a Juan Pablo II, del total de 265 pontífices que han guiado a la Iglesia católica a lo largo de más de dos mil años.
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