
Y es que, con la actual Ley de Medidas Sanitarias frente al Tabaquismo, vigente desde 2006, los locales de hostelería de menos de 100 metros cuadrados podían permitir fumar o declararse lugares libres de humo en todo su interior.
Los de 100 metros cuadrados o más, por su parte, tenían la posibilidad de diferenciar dos zonas, una para fumadores y otra para los que no quisieran humo de tabaco, o bien prohibir fumar en todo el establecimiento.
Con la reforma, todos los bares, restaurantes y discotecas, sea cual sea su extensión, deberán despedirse del tabaco este sábado, 1 de enero, y no permitir a partir del domingo fumar en su interior.
Aunque a los hosteleros les hubiera gustado que la reforma les dejara instalar en sus establecimientos habitáculos sin restauración solo para fumadores, la norma no lo ha permitido, con lo que el tabaco y las copas serán ya incompatibles en el interior de bares y discotecas.
Mientras para unos el cambio es un avance para la salud pública y para poder volver a casa sin que la ropa huela a humo, para otros significará salir a la calle en pleno invierno para fumar un pitillo o, quien sabe, un ahorro en plena crisis porque al final terminen gastando menos en tabaco.
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