El emblemático rascacielos se convertirá en el mayor consumidor de energías renovables en todo Nueva York. La medida, además de ambiental, apunta a reducir la factura eléctrica de sus inquilinos
La nueva apuesta del Empire State para convertirse en uno de los edificios más respetuosos con el medio ambiente en Nueva York llega después de una reforma edilicia por un valor de US$500 millones para reducir sus emisiones y ahorrar en electricidad.
Los dueños de la famosa torre acordaron por dos años con la firma Green Mountain Energy, que proveerá al inmueble con 55 millones de kilovatios hora (kwh) anuales de energía renovable, lo suficiente para cubrir su consumo eléctrico.
Se estima que tendrá un consumo que será el doble del de cualquier otro compañía o entidad en Nueva York. Con esta medida, el edificio evitará la emisión de unas 45.000 toneladas de dióxido de carbono al año, lo que equivaldría a suprimir 40 millones de viajes en taxi.
La remodelación del ícono de de Manhattan, que tiene 102 pisos y se construyó en 1931, afectó a su sistema eléctrico y de ventilación. Además incluyó la instalación de 6.500 ventanas con aislamiento para el frío y el calor, y se modificó el sistema de calefacción.
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